Los hábitos alimentarios vienen determinados por nuestra historia y tradición. Es sabido que antes de la revolución industrial, los británicos consumían una dieta a base de pan negro, queso, huevos, cerveza, pescado y a veces carne con algún vegetal.  Las personas que gozaban de una situación económica más acomodada, consumían de una forma más generosa la carne, fruta y verduras en su dieta.