Cómo prevenir y tratar la alergia primaveral a través de la alimentación

La polinosis o alergia al polen también es conocida como “fiebre del heno” o “rinitis alérgica estacional”. Precisamente es estacional, ya que algunas personas la sufren durante todo el año, mientras que para otros, los síntomas empeoran en determinadas épocas del año cuando se produce un incremento de los síntomas. Es durante la primavera, cuando se produce la polinización en las plantas (anemófilas, es decir, a través del viento) y los árboles están en flor.

Esta alergia es una reacción inmunológica a los pólenes, que por lo general se manifiesta con síntomas parecidos al resfriado, como congestión, estornudos y secreción nasal.

Los pólenes de los árboles, hierbas y malas hierbas (parietaria: maleza muy alergénica y fuente principal del polen alergénico) contienen proteínas similares a las presentes en frutas y vegetales. Estas proteínas son reconocidas por el sistema inmune de una persona que sufre fiebre del heno, y pueden desencadenar una reacción alérgica en una persona susceptible, que muchas veces puede ser confundida con asma o rinitis.

Los síntomas de la fiebre del heno suelen comenzar en la infancia y disminuyen lentamente durante la vida de una persona. Comienzan normalmente inmediatamente después de la exposición de un alérgico y en la mayoría de los casos incluyen:

  • Goteo nasal
  • Congestión
  • Opresión en el pecho
  • Lagrimeo y secreción nasal
  • Picor en garganta, ojos, nariz y boca
  • Tos
  • Sibilancias
  • Piel hinchada debajo de los ojos
  • Disminución del sentido del gusto o del olfato

ALERGIA-PRIMAVERAL

Hay una relación directa entre la salud intestinal y la salud respiratoria. Por ello prevenir y tratar la alergia primaveral requiere cuidar la alimentación.

Desde la nutrición debemos reforzar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes y que sean antiinflamatorios naturales y alcalinizantes, tales como la cúrcuma, el jengibre, los fermentos, las frutas y las verduras propias de esta estación.

Hay que cuidar con especial atención el sistema digestivo, porque existe una relación directa entre la salud intestinal y la salud respiratoria.

Para ello es necesario trabajar el equilibrio de la flora bacteriana con los cada vez más conocidos fermentos. Estos los puedes comprar en el herbolario o puedes favorecer su presencia al consumir alimentos fermentados tales como el chucrut, el miso, el kéfir, la kombucha, etc. Sin olvidar aumentar la fibra vegetal, tanto la soluble como la insoluble. El consumo de frutas y verduras de estación te ayudará con esto.

Por otro lado, aumenta el consumo de plantas que favorecen el adecuado funcionamiento del hígado, como los amargos: diente de león, alcachofa, boldo, etc.

Además, es recomendable tener procesos de depuración con los que favoreces la eliminación de toxinas.

Annalisa Pistone
a.pistone@novadiet.es