Aprendiendo a comer sano

La llegada del buen tiempo hace que evaluemos con mayor ahínco nuestro estado físico y decidamos emprender una dieta en aras de recuperar la ansiada “figura”. Sin embargo, la salud ha de ser siempre el punto de partida en el control de peso, donde aprender a comer es la primera lección a considerar.

 Quienes optan por eludir al profesional y seguir, por su cuenta, las recomendaciones de amigos, familiares, personas populares u otras fuentes oficiosas, deben saber que estas dietas pueden presentar dos grandes problemas:

  •  Por un lado, que no se ajusten a las necesidades individuales de la persona que decide seguirlas. Éstas no han sido diseñadas teniendo en cuenta su estado de salud, sus hábitos y rutina diaria, su nivel de actividad, o incluso, sus gustos y sus aversiones. Tanto desde el punto de vista nutricional como desde el emocional o motivacional, estas dietas son insostenibles a medio o largo plazo, ya que pueden resultar muy monótonas y pueden ocasionar excesos o carencias de nutrientes, poniendo en juego la salud de la persona.
  •  Por otro lado, no enseñan a comer a quien las practica. Éste es el principal motivo por el que se ven abocadas al fracaso. La obesidad es una enfermedad crónica a la que no se puede responder con un remedio temporal. Es preciso trabajar a diario para lograr una pérdida gradual y poder alcanzar así un peso saludable que se pueda mantener de por vida

 RECOMENDACIONES PARA APRENDER A COMER SANO

  •  Entender que cuidar nuestro peso es cuidar nuestra salud, para alcanzar ambos objetivos. Y el cuidado de nuestro peso va indiscutiblemente ligado a un estilo de vida saludable.
  •  Identificar los factores que desequilibran nuestra dieta para corregirlos. Uno de los errores más frecuentes a la hora de perseguir una pérdida de peso, es saltarse alguna de las comidas importantes del día para compensar los excesos cometidos.
  •  Cambiar de hábitos y para ello, lo más importante es la motivación. Es fundamental llevar una dieta organizada, realizando 5 comidas al día y empezando por un desayuno saludable. Llevar una vida más activa e incluir el ejercicio físico en nuestra rutina es esencial.
  • Conocer los grupos de alimentos que deben formar parte de nuestra dieta y en qué proporciones: cuáles son aquellos que debemos incluir en nuestra dieta diaria, así como los de consumo ocasional.
  • La conocida Dieta Mediterránea es un buen modelo para poner en práctica todos estos consejos, puesto que contribuye a mejorar el perfil lipídico, a prevenir enfermedades cardiovasculares y retrasa el envejecimiento.

 

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