La dieta vegetariana consiste en lleva una alimentación basada en el consumo de frutas, verduras y legumbres, y en la abstención del consumo de carne y pescado. En otras ocasiones, también se suprime el consumo de alimentos de origen animal, como leche, huevos o miel. Este tipo de alimentación presenta múltiples beneficios si se planifica correctamente y se lleva a cabo una correcta suplementación de ciertos micronutrientes como pueden ser la vitamina B12 y ácidos grasos omega-3. Pero al igual que en muchos otros aspectos relacionados con la nutrición, también cuenta con muchos falsos mitos que en el siguiente artículo intentaremos aclarar:

Las judías azuki (Vigna angularis) son unas legumbres pequeñitas de color rojizo que se cultivan principalmente en el este del continente asiático y en el Himalaya. Es muy común encontrarlas en la cocina japonesa debido a su amplia versatilidad para elaborar platos tanto dulces como...

El bulgur, muy popular en la cocina de Oriente Medio, es un ingrediente que se obtiene a partir del trigo (triticum durum). Su uso se remonta a casi 5000 años, y su fabricación parte de la cocción en agua de los granos de trigo, para su posterior secado y molienda en diferentes grosores. Las aplicaciones en cocina son muy diversas, así por ejemplo, los de grano más fino suelen emplearse en la elaboración de sopas o ensaladas, mientras que los de grano más grueso, sirven como sustituto del arroz en cualquier plato, o incluso para la elaboración de postres y dulces.

La gastritis es una inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago. Las formas agudas son las más frecuentes y se deben principalmente a infecciones, agentes irritantes o estrés. Esta inflamación hace que disminuyan los mecanismos de defensa de la mucosa gástrica y se incremente por tanto las secreciones ácidas.

El envejecimiento se presenta como un proceso de reducción de las capacidades y funciones del individuo, pero cada persona lo alcanza de una manera diferente. Así, puede haber ancianos longevos en perfectas facultades físicas y mentales, y adultos relativamente jóvenes cuyo estado de salud se encuentra seriamente deteriorado.
La pérdida de memoria se caracteriza por la aparición de pequeños despistes, o la dificultad para rescatar recuerdos muy recientes o pasados. Los recuerdos pueden ser almacenados a corto o largo plazo, según la importancia que le demos a ese recuerdo. Y nuestra memoria trabaja 24 horas al día, por lo que es normal que con el paso de los años el cerebro y nuestras neuronas se deterioren

La edad preescolar se inicia desde que el niño tiene autonomía al andar, sobre los 2 años, hasta aproximadamente los 6 años de edad. A continuación, llega lo que se denomina la etapa escolar, que comprende desde los 6 años hasta la pubertad (10-12 años).

En los últimos años hemos sufrido un gran cambio en nuestros hábitos alimentarios. El aumento de la población urbana ha hecho que los alimentos frescos pasen más tiempo en tránsito desde que se recolectan hasta que llegan a nuestra mesa. Eso, y otros factores como el estrés, o la incorporación de la mujer al trabajo, también ha supuesto un aumento en el consumo de productos prefabricados listos para su consumo. Cada una de las etapas al que se someten los alimentos, tanto en la preparación como en su almacenamiento, produce una pérdida inevitable de vitaminas.

Las vitaminas no responden por igual a los agentes físicos (calor, luz, humedad) y químicos (oxidantes, pH...).

Las vitaminas D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) derivan respectivamente del ergosterol (provitamina D2) y del 7-dehidrocolesterol (provitamina D3). Más del 80% de la vitamina D3 se adquiere mediante la síntesis cutánea, por acción de los rayos UVA del sol, que convierten la provitamina D en vitamina D o colecalciferol. El 20% restante se obtiene por la dieta.

Su función principal es favorecer la absorción de calcio y fósforo en el intestino, proceso fundamental para la salud de nuestros huesos.

La mastitis es una inflamación de las mamas que aparece hasta en el 10% de las mujeres lactantes (mastitis puerperal). La mayor parte de las veces es originada por una infección microbiana, debido a que los microorganismos de la piel aprovechan cualquier fisura que exista en el pezón y penetran en el interior de las glándulas mamarias. También puede estar provocada por el estancamiento de leche en los conductos mamarios (estasis láctea), bien por mal agarre del niño al pecho (con lo cual éste no se vacía correctamente) o bien por la disminución del número de veces y duración de la lactancia. En algunas ocasiones, también puede ser debida a una bajada de defensas de la madre