El tejido adiposo: enemigo silencioso

"Maqueta de un kilo de grasa"

Maqueta de un kilo de grasa

El tejido adiposo o tejido graso es el tejido de origen mesenquimal (un tipo de tejido conjuntivo) conformado por la asociación de células que acumulan lípidos en su citoplasma: los adipocitos.

El tejido adiposo, por un lado cumple funciones mecánicas: una de ellas es servir como amortiguador, protegiendo y manteniendo en su lugar los órganos internos así como a otras estructuras más externas del cuerpo, y también tiene funciones metabólicas y es el encargado de generar grasas para el organismo.

EL ADIPOCITO: granero de grasa

Aunque nos parezca flácida e inerte, la grasa corporal es una entidad muy viva: el cuerpo de un hombre de 60 kilos contiene unos 10 kilos de ella, o sea. veinticinco mil millones de células llamadas adipocitos.

El adipocito, que confiere sus características al tejido adiposo es una célula grande cuya  función es almacenar lípidos, en concreto triglicéridos y colesterol esterificado, como reserva energética, que representan un 80% de su volumen total; es, pues, un verdadero «granero de grasa».

Cuando se come demasiado, el tamaño de los adipocitos y por tanto, el peso, aumentan otro tanto y nos lleva a engordar. Durante un régimen o cuando se hace deporte, el adipocito libera sus reservas, las grasas abandonan el adipocito para unirse con otras células, donde son utilizadas como carburante energético entonces, el volumen del adipocito disminuye y se adelgaza.

Hace años se pensaba que el desarrollo del tejido adiposo dependía de determinados periodos de la vida de una persona , durante los cuales el número de adipocitos aumentaba rápidamente: los meses alrededor del nacimiento, así como la adolescencia. Según como crezcan los adipiocitos hablaremos de:

  • Hiperplasia: si aumentan en número.
  • Hiperteofia: si aumentan en tamaño sin multiplicarse.

Pero en realidad la proliferación de adipocitos puede desarrollarse durante toda la vida, así durante el embarazo aumentan en tamaño, pero también en número. Si se come demasiado y sea cual sea la edad, los adipocitos aumentan de tamaño (hipertrofia) y luego de número (hiperplasia).

En caso de adelgazamiento, el tamaño de los adipocitos disminuye, pero su número casi nunca. Incluso después de una operación quirúrgica para extraer el tejido adiposo, puede  ser seguida de la proliferación de los adipocitos . Como si el organismo retuviera en la memoria un número preciso de adipocitos y tratara por todos los medios de mantenerlos. Esto puede explicar en cierta medida, la dificultad que se tiene a veces de mantener el peso después de haber adelgazado.

HORMONAS Y ADIPOCITOS

Tejido adiposo blanco

Dos hormonas juegan un papel importante y opuesto sobre los adipocitos: la insulina y la adrenalina.

Secretada por le pácreas depués de una comida; la insulina favorece el almacenamiento de las calorías de la comida  en forma de grasa y estimula el crecimiento de los adipocitos.

Al contrario, cuando se ayuna, las glándulas suprarrenales producen adrenalina; ésta ocasiona una liberación de grasas por los adipocitos situados en el vientre.

Comparando los adipocitos de personas robustas con  los de personas que están delgadas, se encuentran ciertas diferencias metabólicas, pero no parece que estén ligadas a una particularidad de origen genético; sino que provienen más bien del entorno que rodea al individuo y a sus adipocitos (alimentación, ejercicio, hormonas). Los adipocitos de una persona obesa son más grandes que los de un individuo delgado, pero su metabolismo no es fundamentalmente diferente.

TEJIDO GRASO SEGÚN EL SEXO

En lo que respecta al tejido adiposo, la igualdad de sexos es una quimera.

Diferencias de la grasa según el sexo:

  • Por la cantidad de tejido: la grasa corporal de un hombre de peso normal se eleva a un 15 % del peso corporal, frente al 25% de la mujer… ¿Qué quiere decir esto?, pues que ésta mujer es,… más grasa.
  • Por su localización: en la mujer la grasa se sitúa sobre todo en la parte baja del cuerpo.Vientre, nalgas , caderas y muslos están cubiertos con un colchón adiposo, verdadero signo sexual distintivo. En el hombre, ocurre lo contrario tiende a concentrarse en la parte alta del cuerpo: nuca, cuello, hombros, tórax y parte del abdomen situado por encima del ombligo.

Se habla así de obesidad androide para el hombre y ginoide para la mujer, o lo que algunos traducen poéticamente asemejando a una manzana la silueta del hombre obeso y a una pera la de la mujer obesa. En otros, la silueta no es ni verdaderamente ginoide ni androide sino más bien mixta.

Se sabe que el exceso de grasa corporal es peligroso para la salud: a mayor obesidad, mayores riesgos para la salud. Entonces una mujer obesa debería preocuparse, porque su cuerpo contiene dos veces más de grasa que el de un hombre. Pero estudios demostraron que más que la cantidad total de grasa, es su localización la que define los riesgos para la salud.

Obesidad Androide

¿Cómo un mismo peso hace correr riesgos diferentes para la salud en función del aspecto androide o ginoide de la silueta?

En la obesidad androide la grasa se sitúa en profundidad, en el abdomen, cerca del hígado y de los órganos vitales. Este tejido adiposo profundo  es peligroso, libera grasas en las venas del abdomen, perturba el metabolismo del hígado así como la acción de una hormona clave para el equilibrio: «la insulina». Ésta, es la parte no visible del enemigo tejido adiposo.

Nos podemos preguntar por qué la naturaleza ha previsto esta localización profunda de la grasa, ya  que es peligrosa. La grasa profunda está rápidamente disponible para el organismo; cuando éste le falta energía, libera libera grasas para proporcionar energía a todas las células del cuerpo. Todo es cuestión de evolución.

El hombre en su evolución, tenía necesidad de esta reserva en caso de combate o huida. Al contrario, el tejido adiposo situado en los muslos y glúteos sólo se moviliza lentamente después de un esfuerzo o de un estrés. Se «reserva» para la necesidades del embarazo y del amamantamiento. Esta situación de la grasa corporal en la mujer se ve por tanto acentuada por la selección natural, maximizando así las posibilidades de perennidad de la especie humana.

  • Puede parecer exagerado pretender que el hombre ha sobrevivido y se ha multiplicado gracias a lo que algunos llaman hoy en día: «el trasero»

¿ SE PUEDE ESCOGER LA SILUETA, TIPO MANZANA O PERA?

Tres factores no dependen de nuestra voluntad; el sexo, la edad y la herencia. Un individuo mayor, de sexo masculino y que tiene padres de conformación «androide» tendrá más riesgo de ser androide que una persona joven, de sexo femenino y cuyos padres son más bien ginoides.

Pero el comportamiento interviene igualmente ¿por qué?

  • Primeramente por la alimentación; las personas que comen muy graso tiene tendencia a una silueta más androide que las personas que consumen pocas grasas.
  • Segundo por la actividad física; su práctica regular reduce sobre todo la grasa situada en el vientre. Cuando se es fuerte y se tiene una silueta androide, el riesgo de complicaciones es importante, de ahí el interés del deporte, que hace adelgazar allí donde la grasa es más abundante.
  • Por otro lado, si se está estresado, el organismo fabrica y secreta hormonas corticoides (cortisol); éstas privilegian el aposentamiento del tejido graso en el vientre.
  • El tabaco y el exceso de alcohol tienen el mismo efecto. No fumar , evitar los abusos de alcohol, contribuye a reducir la grasa corporal y todos sus riesgos.

Un «rayo de luz y esperanza» para todas aquellas personas robustas y con estructura androide: queman más calorías y adelgazan más fácilmente que aquellas cuyo exceso de grasa se concentra en la parte baja del cuerpo. Dos buenas razones para adelgazar si nos sobra grasa a nivel abdominal: es a la vez MÁS PELIGROSA Y MÁS FÁCIL DE PERDER que la de los obesos ginoides.

  • Fotografía: Maqueta de grasa: Seyla Ibáñez
  • Fotografía: Tejido adiposo: mariadoloresbiogeoiesayorro.blogpot.cc
  • Fotografía: Obesidad androide: migallinero.blogspot.com.es

 

 

 

Seyla Ibañez
SEYLANL76@terra.es