Genómica nutricional

A partir del desarrollo de la Farmacogenómica se ha desarrollado el estudio de la interrelación entre genes, dieta y enfermedad, desarrollando el reciente campo de la Genómica nutricional o lo que se ha dado en llamar Nutrigenómica y Nutrigenética.

Esta nueva disciplina científica hace confluir la nutrición y la genética, investigando cómo las distintas variaciones genéticas individuales participan en la compleja interacción entre la sensibilidad a los nutrientes y las enfermedades.

La Genómica nutricional supone una modalidad de investigación en nutrición con la que se vislumbra un futuro prometedor, junto con la aparición de nuevos retos con el objetivo de mejorar la salud y prevenir enfermedades relacionadas con el tipo de alimentación y estilos de vida.

La relación existente entre la dieta y los efectos sobre la salud son innegables y demostrados a lo largo de la historia. Existen estudios que evidencian la forma diferente de respuesta de distintos individuos a las mismas dietas. Por ejemplo, el sodio aumenta la presión arterial en determinadas personas y en otras apenas tiene influencia. Otro caso evidente es la capacidad para reducir el colesterol, la cual parece estar sujeta a influencias genómicas, lo que produce distintas respuestas a las mismas pautas dietéticas. Cuando un grupo de personas sigue durante un periodo de tiempo una dieta terapéutica para reducir el nivel global de colesterol en sangre, ciertos individuos tienen un beneficio drástico a nivel metabólico, mientras que otros no obtienen ninguna respuesta.

Esta gran variabilidad en la respuesta, puede alterar enormemente la eficacia de las recomendaciones nutricionales generales que se han realizado tradicionalmente cuando éstas se trasladan a escala individual. Las investigaciones actuales sugieren que, a pesar de que existe un conjunto de pautas alimentarias generales para toda la población, puede que no se adecuen a las necesidades de todo el mundo. Las distintas variaciones genéticas condicionan diferencias en los requerimientos nutricionales y los distintos genotipos contribuyen a la mayor o menor predisposición a sufrir ciertas enfermedades crónicas.

Tras comprobarse que las diferencias genéticas entre individuos producen diferentes reacciones a los nutrientes, surge la idea de combinar genética y nutrición, desarrollándose el nuevo campo de la Genómica nutricional.

Por tanto, este nuevo campo de la Genómica se puede definir como la aplicación de la Genómica funcional a la investigación nutricional, para comprender de qué manera los nutrientes influyen sobre los procesos metabólicos y de qué manera la carga genética y la dieta influyen en la aparición o prevención de enfermedades.

Muchos autores distinguen dos términos dentro de esta disciplina general, la Nutrigenómica y la Nutrigenética, dos dimensiones que abordan los aspectos mencionados sobre la Genómica nutricional.

Por un lado, la Nutrigenética estudia el efecto de la variación genética en al interacción entre dieta y enfermedad, identificando y caracterizando las variaciones genéticas asociadas a las diferentes respuestas frente a los nutrientes. Su objetivo es formular recomendaciones en relación a los riesgos y beneficios de utilizar dietas o compuestos nutricionales específicos para cada persona. Este término se suele vincular a la idea de “nutrición personalizada” o “nutrición individualizada”. Un ejemplo serían las diferentes respuestas de los individuos a los mismos nutrientes obteniendo diferentes valores de colesterol en sangre y presión arterial debido a sus variaciones genéticas.

Por otro lado, la Nutrigenómica se podría definir como el estudio del efecto que producen los nutrientes sobre la expresión génica, conformando un perfil metabólico en cada individuo (proteínas, metabolitos, etc), intentando estudiar la prevención de patologías por medio de la dieta.

La progresión desde un fenotipo sano a un fenotipo de enfermedad crónica puede explicarse por cambios en la expresión genética o por diferencias en las actividades de proteínas y enzimas, y los componentes de la dieta directa o indirectamente regulan la expresión de esa información genética.

Cada vez hay más evidencias de que los nutrientes interaccionan directamente con los genes y todo parece indicar que ciertos alimentos con compuestos bioactivos son capaces de interactuar con regiones del genoma consiguiendo una acción protectora frente a mecanismos de iniciación de algunas enfermedades, mientras que otros pueden provocar el efecto contrario.

Sin embargo, estos estudios no tienen una aplicación universal, ya que existen variaciones genéticas en las que la relación entre nutriente y genes no actúan bajo los mismos parámetros.

Idoia Ferraz
ferrazidoya@gmail.com