La Vitamina C

La creencia popular nos dice que la vitamina C se debe ingerir solo cuando estamos resfriados o tenemos gripe.

Nada más lejos de la realidad, pues la vitamina C, es beneficiosa en cualquier momento, ya que nos ayuda a combatir cualquier enfermedad que nos ataque.

Además, interviene en la formación del colágeno, proteína que alimenta, refuerza y mantiene unidos los tejidos del cuerpo. Además, interviene en la formación del colágeno, proteína que alimenta, refuerza y mantiene unidos los tejidos del cuerpo. Por esto mismo, nos ayuda a que nuestros huesos, dientes y tejidos sean fuertes y sanos.

También nos ayuda a que las cicatrices y heridas sanen más rápido, ya que el mismo colágeno actúa como un pegamento natural.

Por otra parte, el hierro que no proviene de la carne, como el que se encuentra en los cereales o en las espinacas, es muy difícil de digerir, y la vitamina C, facilita su digestión, ya que lo convierte en un compuesto.

Por eso, se recomienda acompañar el cereal con el zumo de naranja, rico en Vitamina C.

Debemos incorporarla diariamente, para fortalecer el sistema inmunológico.

Por todas estas razones, la insistencia de ingerir vitamina C durante todo el año.

Naranja, mandarina, piña, mora, kiwi, tomate, limón, vegetales verdes, cítricos en general… son fuentes de vitamina C, aliadas de nuestra salud.

Mari Cruz San Agustin
mcruzsanagustin@gmail.com