Mastitis

La mastitis es una inflamación de las mamas que aparece hasta en el 10% de las mujeres lactantes (mastitis puerperal). La mayor parte de las veces es originada por una infección microbiana, debido a que los microorganismos de la piel aprovechan cualquier fisura que exista en el pezón y penetran en el interior de las glándulas mamarias. También puede estar provocada por el estancamiento de leche en los conductos mamarios (estasis láctea), bien por mal agarre del niño al pecho (con lo cual éste no se vacía correctamente) o bien por la disminución del número de veces y duración de la lactancia. En algunas ocasiones, también puede ser debida a una bajada de defensas de la madre.

Suele manifestarse a partir del cuarto o quinto día de lactancia, aunque a veces aparece en fases más tardías, tras dos o tres meses del parto, y normalmente cursa con fiebre alta y senos más grandes, duros y enrojecidos.

Aunque menos frecuente, al ser una inflamación mamaria, también puede darse en mujeres que no están lactando, en niños y varones (mastitis no puerperal). Las causas de éste último tipo de mastitis suelen ser traumatismos en la zona del pecho o la colocación de piercing. La infección suele ser por bacterias tipo Staphylococcus aureus o Escherichia coli, que aprovechan las grietas para penetrar en la piel.

 amamantamiento
Es fundamental una correcta técnica de amamantamiento para prevenir la aparición de mastitis.

Síntomas de la Mastitis Puerperal:

Suele presentarse en uno de los pechos, siendo más rara la infección bilateral simultánea, y suele manifestarse por:

  • Endurecimiento de la mama (leche empedrada).

  • Rojez local y mayor sensibilidad.

  • Escalofríos y fiebre por encima de los 38º.

Es importante acudir al ginecólogo, pediatra o matrona si aparecen los primeros síntomas de inflamación, ya que si no se produce el vaciado completo de los conductos, la infección puede evolucionar a la formación de abscesos.

Tratamiento de la Mastitis durante la Lactancia

En numerosas ocasiones, debido al dolor, cansancio y también por creer que la leche de la mama inflamada está contaminada y puede dañar al bebé, muchas madres suspenden precózmente la lactancia. Sin embargo, esta interrupción de las tomas favorece más la proliferación bacteriana y la infección puede acentuarse. Es fundamental el vaciamiento frecuente de la mama inflamada para que el tratamiento sea eficaz. Por otra parte, la leche materna es rica en anticuerpos y sustancias antibacterianas, por lo que no hay que temer en cuanto a la seguridad del bebé. Además, la acidez del estómago del pequeño se encargará de destruir cualquier toxina que pueda ser ingerida.

Los masajes en la zona afectada, baños calientes e incluso el uso de bombas sacaleches después del amamantamiento pueden ser suficientes para drenar correctamente la zona. Aún así, si existe fiebre alta será necesario el uso de antibióticos recetados por el médico. Éstos suelen ser penicilinas o cefalisporinas, durante una o dos semanas, sin riesgo alguno para el bebé ya que las cantidades secretadas en la leche son mínimas.

Otros Consejos Útiles

  • No dejar la lactancia.

  • Dar el pecho al niño cambiando frecuentemente de posición.

  • Asegurarse de que el agarre del pezón sea correcto.

  • Antes de la toma, masajear el pecho para facilitar el vaciado y aplicar una compresa caliente durante 10 o 15 minutos antes para ablandar la zonaa.

  • Empieza la toma por el pecho inflamado.

  • Después de cada toma, extraer manualmente o con ayuda de un sacaleches los posibles restos que hayan podido quedar.

  • Acudir al médico o matrona ante cualquier duda o dificultad.

BIBLIOGRAFÍA

 http://www.bekiasalud.com

https://www.bebesymas.com

https://madreshoy.com

https://www.mdsaude.com

Inma Ávalos
i.avalos@novadiet.es