OBESIDAD EN LA EDAD MADURA

La obesidad y el envejecimiento juntos suponen un grave problema. En los ancianos el sobrepeso no es un tema estético sino que es un problema de salud.

1. LA OBESIDAD Y EL ENVEJECIMIENTO

Obesidad y sobrepeso se definen como exceso en las reservas energéticas corporales, en forma de grasa principalmente; si bien es sabido que en ambos casos la salud está en peligro, en adultos mayores el riesgo se incrementa. Este puede ser el momento de emprender acciones para evitar problemas a futuro.

Existe un estudio noruego sobre la obesidad que “demuestra claramente que en las personas con un IMC superior a 29- 30 el crecimiento de la mortalidad es exponencial, al igual que la aparición de complicaciones cardiovasculares, metabólicas e incluso neoplásicas”.

En base a los estudios realizados se desprende que “los obesos envejecen menos porque viven menos”.

La obesidad es un problema, que puede convertirse en muy grave, para personas de cualquier edad, pero en los ancianos se puede convertir en una patología que llegará a acarrear muchas otras complicaciones y alteraciones de la salud.

En la vejez la obesidad es un factor de riesgo que, además de obstaculizar el movimiento y perjudicar la salud, puede acelerar la muerte del anciano.

Como vemos, la obesidad y el envejecimiento no son una buena combinación, hay que luchar por llegar a la vejez en las mejores condiciones para tener la mejor calidad de vida posible.

2. INFLUENCIAS NEGATIVAS DE LA OBESIDAD EN EL ENVEJECIMIENTO

Tener un exceso de peso puede complicarnos la vida, pero la obesidad y el envejecimiento no son buenos aliados ya que en la vejez, la obesidad puede complicar mucho las tareas más cotidianas tales como bañarse, vestirse, ir al baño, etc.

Pero no solo influye la obesidad en estos aspectos, también tiene una influencia muy negativa sobre la salud general de la persona mayor, pudiéndose producir complicaciones serias en problemas como:

  • Hipertensión arterial.
  • Cardiopatía isquémica.
  • Diabetes mellitus
  • Dolores en las articulaciones.
  • Mala calidad del sueño.
  • Dificultades respiratorias.
  • Exceso de colesterol.

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Riesgos en mujeres:

Una de las principales causas por las que la mujer madura sube de peso es la disminución en la generación de hormonas sexuales a partir de la menopausia (última menstruación), ya que ello altera el mecanismo encargado de regular la distribución del tejido adiposo y la proporción entre músculos y grasa. A ello hay que agregar que al organismo le es mucho más difícil metabolizar lípidos y lipoproteínas como lo hacía antes, es decir, la asimilación, aprovechamiento y eliminación de grasas, lo que ocasiona sobrepeso.

Como indicamos, los riesgos de problemas se centran en el aparato óseo de la mujer, pero también se ven afectados otros, siendo los más importantes:

  • Artrosis. Enfermedad degenerativa caracterizada por desgaste o destrucción del cartílago y la deformación de la superficie del hueso de una o más articulaciones. En general, envejecimiento y sobrecarga hacen que el cartílago se desgaste, de modo que la articulación pierda su sistema de amortiguación natural y los huesos sufran pequeñas deformidades que se manifiestan a través de dolor y movimiento limitado; afecta sobre todo a las articulaciones que soportan peso o que tienen exceso de movimiento, como caderas (concretamente ingles y región interna del muslo), rodillas (en su parte interna) o pies.
  • Osteoporosis. Enfermedad del esqueleto que se caracteriza por la disminución de densidad mineral ósea (calcio y colágeno) debido a un desequilibrio en el ciclo de reconstrucción de huesos (se forma menor cantidad de tejido óseo del que se destruye), lo cual ocasiona que los huesos se vuelvan porosos, delgados y frágiles, en consecuencia, susceptibles a fracturarse ante el más mínimo esfuerzo o sin él. Este trastorno es muy frecuente en la edad avanzada, y suele afectar mayoritariamente a mujeres menopáusicas por falta de estrógenos, hormonas que el organismo deja de producir cuando se presenta la última menstruación.

Riesgos en hombres:

Los hombres de la tercera edad suelen incrementar afecciones en el corazón a partir de la acumulación de grasas, de ahí que podamos hablar de problemas como colesterol elevado, compuesto graso que obtiene nuestro cuerpo a partir de dos vertientes: uno, de la alimentación y el otro, el que elabora el propio organismo.

El colesterol se requiere para desarrollar muchas funciones, como producir hormonas, ayudar en la formación de bilis y vitamina D, y mantener la estructura celular del organismo. Sin embargo, cuando se elevan las concentraciones del compuesto en la sangre se originan problemas de salud, siendo el principal:

  • Aterosclerosis. El colesterol suele acumularse en las paredes de las arterias, el cual se suma a residuos de células musculares y sanguíneas y calcio, provocando una placa que se llama ateroma, que de alcanzar un tamaño que dificulte el paso de la sangre produce este padecimiento, el cual se presenta usualmente en las arterias coronarias (las que llevan sangre al músculo del corazón), en la aorta (la más grande del cuerpo), y en las del cerebro y extremidades, sobre todo muslos y piernas.
    Cuando la placa ateromatosa tapa parcial o completamente las arterias, provoca disminución o ausencia total del flujo de la sangre, lo cual ocasiona que los órganos no reciban suficiente oxígeno para poder trabajar o no lo tengan en absoluto (oclusión completa), produciéndose la muerte de las células. Esto último es lo que se llama infarto y, como se sabe, puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo en donde la sangre deje de circular. Es así que se producen infartos en corazón, cerebro, ojos, intestinos y piernas.

Existen otros padecimientos que son comunes en hombres y mujeres por causa del sobrepeso, entre los que debemos mencionar:

  • Gota. Como parte del proceso de renovación diaria de las células que lo conforman, nuestro organismo desecha diariamente un compuesto llamado ácido úrico, que de manera natural se elimina por la orina, pero cuando esto no sucede se acumula en la sangre y se deposita poco a poco en las articulaciones, en forma de cristales, provocando inflamación y dolor muy intenso. Entre las causas por las que el ácido úrico no es eliminado correctamente se pueden mencionar obesidad y diabetes, enfermedades que provocan mal funcionamiento de los riñones, lo que genera la acumulación y determina la aparición de cálculos (piedras formadas por sales y minerales no desechados).
  • Hipertensión. La presión alta afecta a un tercio de las personas que superan los 60 años; este mal radica en que las vías sanguíneas más pequeñas se angostan, o bien, las arterias pierden su elasticidad, lo que obliga al corazón a bombear con más fuerza para abastecer de sangre a todos los órganos. Las principales causas son la acumulación de grasa en los vasos sanguíneos, situaciones constantes de estrés y angustia, padecimientos del riñón y diabetes, hábitos de vida sedentarios (con muy poco ejercicio físico) y consumo excesivo de sal, tabaco y alcohol.
  • Diabetes mellitus. La diabetes es un síndrome caracterizado por la acumulación excesiva de glucosa en la sangre, debido a un deterioro absoluto o parcial de la secreción y acción de la hormona insulina, producida por el páncreas y encargada de mantener los niveles de azúcar normales. Si no se controla puede traer complicaciones como ceguera, daños renales y vasculares, así como amputaciones de piernas. Existen dos tipos: el primero se desarrolla en personas en las que la producción de insulina es escasa o nula. La mayoría de los pacientes con esta afección la desarrollan antes de los 30 años de edad. En cambio, la tipo 2 o mellitus se presenta cuando el páncreas continua produciendo insulina, pero el organismo desarrolla resistencia a sus efectos. Generalmente, este tipo de diabetes aparece después de los 30 años.

obesidad en la vejez

3. CÓMO PREVENIR LA OBESIDAD EN LA VEJEZ

Según los expertos las particularidades de la edad avanzada desaconsejan una dieta restrictiva ya que cualquier deficiencia nutricional podría tener repercusiones negativas.

Lo mejor, como siempre, es prevenir. Poner en marcha las actuaciones necesarias para evitar llegar a mayores con un exceso de peso. Por ello, debemos tomar las medidas necesarias lo antes posible.

Las medidas preventivas de la obesidad deben centrarse en conseguir tener unos adecuados hábitos alimenticios y la práctica de ejercicio físico acorde a las características de cada persona.

Es aconsejable tomar decisiones para cambiar el estilo de vida que nos ayudarán a llegar a la vejez en las mejores condiciones físicas y mentales. Para ello es importante desterrar hábitos tales como fumar o el consumo excesivo de alcohol.

Seguir una dieta equilibrada en la que estén presentes todos los nutrientes necesarios, no comer más de lo necesario, e introducir el ejercicio en la rutina diaria ayudará a que nuestro peso se mantenga en niveles adecuados.

Como ya hemos dicho la obesidad y el envejecimiento no es conveniente que vayan unidos. Ser mayor no es una enfermedad, pero si no nos cuidamos sí se puede convertir en una etapa de la vida difícil y complicada.

Acciones a emprender:

Pese a que los adultos mayores requieren de manera natural de cuidados especiales, hay que tener particular atención cuando haya obesidad o sobrepeso, de manera que se preste atención a las siguientes precauciones:

  • TRH. No resulta raro que muchas mujeres menopáusicas sigan una terapia de reemplazo hormonal, es decir, reciben artificialmente los estrógenos que su cuerpo ya no produce, lo que entre otros beneficios ayuda a no subir de peso; no obstante, recibir hormonas es motivo de discusión en la comunidad científica, pues se asocia a casos en que las mujeres desarrollan cáncer. Lo indicado es consultar al ginecólogo sobre riesgos y ventajas de su administración.
  • Ejercicio. Para que en el organismo tenga mayor gasto de energía es necesario promover el ejercicio. Con éste, además de aumentar la definición de músculos, mejora la sensibilidad a la insulina y disminuyen los niveles de colesterol. La caminata, por ejemplo, es una excelente actividad deportiva, ya que no se necesita condición física ni accesorios especiales.
  • Comer y masticar. Masticar lentamente permite triturar los alimentos y convertirlos en un bolo alimenticio perfectamente digerible; de no ser así, los órganos implicados en la digestión trabajarán a marchas forzadas, lo que generará indigestión, dolor estomacal, emisión de gases e inadecuada metabolización de grasas.
  • Alimentación. Posiblemente el punto principal y del que se desprendan muchos problemas, de ahí que se deba prestar atención a:
    • Comer poco pero frecuentemente; una alimentación bien distribuida permite perder el exceso de grasa, en tanto que una sola comida al día favorece la acumulación de grasas.
    • Beber 2 litros de agua al día para rehidratar el tracto digestivo y la piel.
    • Evitar el consumo de sal, debido a que favorece la formación de ateromas (pequeñas bolas o grumos de grasa en las paredes arteriales). En cambio, procura incorporar ajo a tus comidas, pues evita la formación de ateromas (al igual que la toronja) y favorece la buena circulación sanguínea.
    • Di adiós a los aperitivos y sustitúyelos por fruta o verdura (jícama, pepinos, zanahorias, etc.), ya que no engordan y eliminan el apetito.
    • Compara las calorías, proteínas, grasas y azúcares de todo lo que comes y busca equilibrar tus alimentos.
    • Utiliza aceite de oliva para cocinar y aderezar, ya que este producto reduce la concentración del colesterol dañino, a la vez que incrementa la del llamado bueno.
    • Come con moderación tortilla, pan elaborado con harinas refinadas (sustitúyelo por pan integral en cantidades pequeñas), dulces y alcohol.
    • Más allá de la cuestión estética, que para muchas personas tiene gran peso, la obesidad debe ser tratada en la tercera edad, pues así se estará ganando en salud.

Fuentes:

http://www.enbuenasmanos.com/la-obesidad-y-el-envejecimiento

http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/obesidad/articulos/peligros-del-sobrepeso-en-la-tercera-edad.html

 

Cristina Alex
c.alex@novadiet.es