Obesidad y ronquidos

Cerca de un 10 por ciento de la población mundial sufre de ronquido y en países en donde hay altos índice de personas con sobrepeso u obesidad, el porcentaje también suele ser mayor.

El ronquido se produce porque el paso del aire a través de la vía respiratoria superior se obstaculiza. El aire pasa por una superficie estrecha y vibra cuando toca el tejido, produciendo el sonido que conocemos como ronquido.  En el caso de las personas con sobrepeso u obesidad, “los tejidos de la faringolaringe están más estrechos e infiltrados por tejido grasos.

En cuanto a la relación “obesidad – ronquidos y apneas“,  los mecanismos neurofisiológicos que regulan el ciclo sueño-vigilia también participan en la regulación de la conducta alimenticia, por lo que cuando existe algún trastorno en el dormir, se presentan alteraciones en aquélla, y a la inversa.

De las cuatro etapas del sueño, en la tercera es donde se producen las hormonas del crecimiento y de la saciedad, y en el individuo obeso dura menos que lo normal. En consecuencia, se afecta el desarrollo físico y, en lo relativo a la alimentación, no sienten cuando están satisfechos lo que los lleva a seguir comiendo y, por ende, a seguir ganando peso con el tiempo.

En el caso de los niños, en esta cuarta etapa del sueño es en la cual también se consolida el aprendizaje, de aquí que estos menores suelen tener también más dificultades cognitivas.

La respuesta al estrés también se ve afectada en los individuos con sobrepeso, porque en la última etapa del sueño, se disminuye la secreción de la hormona cortisol, situación que los hace más vulnerables a las tensiones y al estrés.

Asun Serrano
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