¡Plántale cara a la crisis! Ahorra en el súper

Para que comer todos los días no le salga demasiado caro a tu bolsillo ni a tu salud, te damos unos consejos muy útiles. Hacer la compra parece una tarea sencilla, pero nos suele acarrear más de un dolor de cabeza…

Además de tener que elegir entre una enorme oferta de establecimientos, entre una infinita variedad de productos (teniendo en cuenta los gustos de cada miembro de la familia e intentando que todos los alimentos que compramos encajen dentro de un menú sano y equilibrado), ahora más que nunca hay que mirar por el bolsillo, para que llevarnos el carrito lleno a casa sea lo más económico posible.

Con todo, si te organizas de antemano, la compra dejará de ser para ti una carrera de obstáculos.

Haz una lista

Una de las ideas más equivocadas es “lanzarse” al supermercado sin tener una idea previa de qué vamos a comprar. De esta forma, es muy fácil caer en la tentanción de echar al carro productos innecesarios y pequeños caprichos que terminarán aumentando la cifra a pagar después en caja.

Llevar una lista es, por tanto, lo más sensato. Pero, ¿cómo elaborar bien la lista de la compra? Sencillamente, planificando previamente los menús, teniendo en cuenta que hay que tomar cinco raciones diarias de frutas y verduras (tanto en crudo como cocinadas), carnes y aves magras, pescados blancos y azules, legumbres, pasta, arroz, pan y patatas, lácteos bajos en grasas, cereales ricos en fibra y, todo ello, cocinado con grasas saludables, dando preferencia al aceite de oliva virgen y mediante técnicas como el horno, la plancha, el vapor, el cocido o el microondas.

Piensa también en el tiempo y el dinero del que dispones, el número y tipo de comensales y, no te olvides de las preferencias personales de cada uno de ellos.

Después, habrá que hacer una revisión en la nevera y en la despensa de lo que falta, de aquellos ingredientes que nunca pueden faltar y de lo que te pida cada menú. Aunque tu memoria sea buena, apúntalo todo en papel, porque no está de más tener un apoyo y te puede ahorrar más de un viaje.

Ir con hambre nos hace comprar más

Muchas veces el momento elegido para ir a comprar es a primera hora de la mañana. Otros prefieren hacerlo por la tarde, por lo general, al salir del trabajo. La hora en sí no es tan importante como el hecho de salir a comprar comida con el estómago lleno. Según un estudio realizado al respecto, ir con hambre induce a comprar los alimentos

8 TRUCOS para salvar unos euros

  1. Elige productos de temporada. Están en su mejor momento, contienen sustancias más nutritivas, son más naturales y además están siempre mejor de precio.
  2. Ojo con las ofertas, promociones y envases grandes. No siempre son la opción más económica: fíjate en el precio por kilo o por litro, que aparece en la etiqueta del precio.
  3. Lee las etiquetas de los envases. Verás la diferencia entre los distintos tipos de alimentos, sobre todo en cuanto a los ingredientes que contienen.
  4. No abuses de los productos preparados. No deberían ser la base de tu dieta diaria.
  5. Aprovecha las ofertas puntuales y los vales de descuento. Tu bolsillo te lo agradecerá.
  6. Fíjate bien en las fechas de caducidad. Compra los productos que no vayan a caducar en pocos días, para que te dé tiempo a consumirlos antes de tener que tirarlos.
  7. Evita que los hijos pequeños te acompañen: Ahorrarás discusiones, pataletas… y dinero.
  8. Guarda el ticket. Si compruebas que algo está dañado o que lo has comprado por error, podrás devolverlo. FUENTE: Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Compra con cabeza pensando en tu corazón

El colesterol es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y afecta a más de un 40% de las personas adultas en nuestro país. Una compra cardiosaludable es el primer gesto que podemos realizar para hacerle frente y cuidar nuestro corazón.

Cuando los niveles de colesterol están elevados, los expertos recomiendan seguir una dieta variada y equilibrada que incluya frutas y hortalizas, productos lácteos desnatados con esteroles vegetales, cereales integrales, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutos secos. Reemplazando algunos alimentos por sus versiones magras o desnatadas se alcanzan reducciones muy significativas.

  • En el caso de los lácteos, por ejemplo, al elegirlos siempre desnatados se pueden reducir diariamente casi un 80% las grasas saturadas provenientes de este grupo de alimentos.
  • Respecto a las carnes, si se apuesta por las opciones magras o de ave blanca se puede reducir hasta un 20% la ingesta diaria de colesterol.

Fuente: sabervivir.es

 

Isabel Caballero
isabelnl97@terra.es