Ya estamos en otoño, época del año responsable de dejarnos esos bonitos colores cálidos en los paisajes y llenar de hojas nuestras calles, así como también característica por la bajada de temperaturas, disminución notable de horas de luz  (que el cambio de hora acentúa más todavía..) y de energía en general, que suele desembocar en catarros típicos otoñales; pero sobre todo, es época de un montón de alimentos que precisamente, nos van a ayudar a afrontar todo esto con fuerza, energía y salud.

Todos tenemos claro que cuanto más nos cuidemos y avancemos con la edad de forma saludable, mejor estaremos física y mentalmente. Llevar una alimentación saludable y practicar ejercicio físico a lo largo de nuestra vida, hace que cuando lleguemos a una edad más avanzada, nuestro cuerpo sea capaz de trabajar y reaccionar en buenas condiciones, a los nuevos cambios que se producen en el organismo. Estos afectarán a nuestro metabolismo, al sistema circulatorio, sensorial, gastrointestinal, neurológico, inmunológico y también a nuestras necesidades energéticas.

 Por Catalina Prieto gardening-for-kids Las estadísticas son abrumadoras en países como Estados Unidos, donde casi el 70% de los alimentos que llegan a la mesa son procesados. El consumo de este tipo de alimentos es creciente en nuestro país y deberíamos ser más conscientes de lo que ponemos en nuestra cesta de la compra y de lo que les damos a comer a nuestros pequeños, esta es sin duda nuestra responsabilidad.
Apetito, hambre, saciedad. Te suena? Probablemente experimentes a diario este tipo de sensaciones. Con toda la disponibilidad de alimentos, buenos y malos, que tenemos a día de hoy al alcance de nuestras manos lo realmente complicado es encontrar el equilibrio y dar con aquellos alimentos que no aporten demasiada energía, que sacien, y que además, nos gusten. En este artículo os damos alguna recomendación para controlar este aspecto tan importante a la hora de regular nuestro peso corporal. La saciedad juega un papel muy importante, ya que normalmente cometemos errores alimenticios cuando no estamos saciados, siendo más difícil incurrir en una mala alimentación si conseguimos saciarnos con cada comida.