Un experimento realizado en ratones ha demostrado que el uso de antiobióticos en individuos muy jóvenes altera el equilibrio intestinal y favorece la obesidad. Eso ya lo sabían los ganaderos que desde los años 50, y hasta los ochenta, cuando se prohibió esta práctica, administraban cantidades no terapéuticas de antibióticos al ganado, tanto ovejas como cerdos o terneros, y obtenían entre un 10 y un 15% más de peso. Lo que se explica ahora es por qué ocurre eso.