Consumir los alimentos que nos gustan puede animarnos y hacernos sentir satisfechos. Sobre todo, si los identificamos como alimentos beneficiosos para el organismo o creemos que nos los merecemos. Sin embargo, en ocasiones, comer nuestros alimentos favoritos puede desencadenar sentimientos de culpa, remordimiento y mal humor. Es más, algunas dietas para adelgazar pueden provocar un resultado parecido. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre nuestra dieta y el estado de ánimo? El siguiente reportaje pretende responder a estas preguntas, explica la relación entre la dieta y el humor, cuál es el papel de los antojos, qué hábitos perjudican el estado anímico y ofrece recomendaciones para perder peso sin perder el buen humor.