Apetito, hambre, saciedad. Te suena? Probablemente experimentes a diario este tipo de sensaciones. Con toda la disponibilidad de alimentos, buenos y malos, que tenemos a día de hoy al alcance de nuestras manos lo realmente complicado es encontrar el equilibrio y dar con aquellos alimentos que no aporten demasiada energía, que sacien, y que además, nos gusten. En este artículo os damos alguna recomendación para controlar este aspecto tan importante a la hora de regular nuestro peso corporal. La saciedad juega un papel muy importante, ya que normalmente cometemos errores alimenticios cuando no estamos saciados, siendo más difícil incurrir en una mala alimentación si conseguimos saciarnos con cada comida.
La alimentación de nuestros hijos es fundamental para su correcto crecimiento y para prevenir enfermedades futuras. La presentación de la comida en el plato es clave a la hora de mejorar los hábitos de alimentación del niño. Hay que tener en cuenta que la posición del ingrediente principal influye para el pequeño elija una comida. Ellos prefieren los platos con una amplia variedad de alimentos y con diversidad de colores. En cuanto a la pregunta ¿plato lleno o plato vacío?, los niños lo tienen claro: cuanto más espacio vacío, mejor.
La capacidad de los alimentos de saciar el apetito. Nuestra salud y nuestro bienestar se ven influenciados por el tipo y la cantidad de alimentos que ingerimos. ¿Qué alimentos hacen que nos sintamos llenos y por qué muchos de nosotros tendemos a comer en exceso? La función principal de los alimentos es satisfacer el apetito y proporcionarnos la energía, los nutrientes y las demás sustancias esenciales para crecer y mantener una buena salud.