El bienestar emocional se refiere a tus sentimientos: cómo reconocerlos, expresarlos, y cómo afrontarlos de manera que contribuyan a sentirte bien contigo mismo. Alcanzar el bienestar emocional y mantenerlo es sinónimo de calidad de vida. Esto nos permite, entre otras cosas, reducir el efecto de la ansiedad, del estrés y de esa angustia que opaca nuestra capacidad para ser felices. Estamos por tanto, ante una competencia que todos deberíamos desarrollar mucho más.
La sociedad actual se caracteriza por un ritmo de vida acelerado (estrés laboral, desórdenes en los horarios, falta de tiempo y mala calidad del sueño). Cuando existen emociones negativas causados por niveles altos de estrés, conlleva a un aumento del consumo de alimentos hipercalóricos y un estilo de vida más sedentario, provocando ciertas patologías como el sobrepeso u obesidad.
Recientes estudios avalan que 1 de cada 3 alimentos que consumimos nos hacen sentir culpables, ansiosos y tristes, dando lugar al llamado hambre emocional. Aunque sentir culpa o frustración después de comer es algo muy común, esto no quiere decir que sea algo normal y mucho menos saludable para nuestro bienestar emocional. El sentimiento de culpa puede dañar seriamente nuestra salud mental y emocional generando posibles desórdenes alimentarios.  ¿Cómo puedes hacer para reducir la culpa al comer, y por tanto, mejorar tu relación con la comida?
Cada vez más estudios están demostrando la relación directa que existe entre lo que comemos y nuestro bienestar emocional. Sin embargo, cuando tenemos elevados niveles de estrés y malestar emocional, es habitual ver que comemos en exceso, ingerimos alimentos más calóricos o menos saludables. Es lo que llamamos "comer emocional", y tiende a ocasionar sobrepeso y obesidad. También puede ocurrir el caso contrario. Otras personas, bajo esta misma presión, reducen la ingesta y puede provocar problemas de desnutrición. Se puede comer por ansiedad, por falta de motivación, baja autoestima, malestar sentimental, tristeza, aburrimiento o estrés. Cuando comemos por estas causas, lo que buscamos es una "recompensa", que a su vez puede verse como castigo y esto vicia más el círculo.