Alimentación y ejercicio en la menopausia

Dar pecho no engorda. Está demostrado que dando el pecho durante dos meses y medio después del parto, la mujer pierde una media de un kilo más que aquella que haya acabado al cabo de diez días. Además, durante el fin del embarazo y en el curso del amamantamiento, las células grasas, o adipocitos, presentes en las caderas sueltan más fácilmente a la sangre sus reservas de grasas: esta se dirigen al seno donde participarán en la producción de leche.
Cuando hablamos de dieta vegetariana se esboza en nuestra cabeza un modelo de dieta saludable y muy natural; sin embargo, la dieta vegetariana tiene sus ventajas y desventajas y puede favorecer o no a nuestro organismo. Por eso, a continuación te contamos cuáles son sus puntos a favor, cuáles sus riesgos y cómo favorecer la salud llevando una dieta vegetariana.
El invierno es un buen momento para descubrir una parte de la gastronomía navarra. Las verduras, como el cardo, las alcachofas o la borraja están en el momento idóneo para su consumo.
Un vegetariano es una persona que no come carne (ni siquiera de aves) ni pescado o marisco, ni productos que los contengan. Dentro de ellos hay distintos patrones alimentarios que pueden variar considerablemente. El modelo ovo-lacto-vegetariano: basado en la ingesta de cereales, verduras, frutas, legumbres, semillas, frutos secos y también incluye productos lácteos y huevos. El lacto-vegetariano excluye los huevos, además de la carne, el pescado y las aves. El modelo vegano (o “vegetariano total o estricto”) excluye los huevos, los productos lácteos y el resto de alimentos de origen animal. Incluso en cada uno de estos modelos, puede existir una considerable variación en cuanto a qué productos animales se excluyen.
Las verduras de hoja verde tienen un elevado contenido en agua y bajo contenido en grasas e hidratos de carbono. Por ello, son ideales para las dietas de adelgazamiento y para todas aquellas personas que presentan problemas de obesidad.