Los divertículos son pequeñas protuberancias con forma de saco que pueden formarse en cualquier porción del tracto gastrointestinal, si bien donde aparecen con mayor frecuencia es en el intestino grueso, concretamente en el colon. La mayor parte de ellos se producen por un aumento en la presión interna del colon. Cuantos menos alimentos ricos en fibra se consumen, mayor es la presión en el interior del colon y, por tanto, más frecuente es la aparición de estas protuberancias. En la mayoría de los casos, las personas con divertículos no muestran ningún síntoma. La presencia de divertículos no es peligrosa en sí. No obstante, si el divertículo se lesiona o se infecta por acumulación de heces se desarrolla diverticulitis, que se cursa con cuadros de sangrado al defecar, dolor, inflamación abdominal e incluso fiebre. Los pacientes con manifestaciones clínicas leves (dolor abdominal, acompañado de febrícula con mínimos hallazgos en la exploración física, sin signos peritoneales y ausencias de leucocitosis, sin factores de riesgos inmunosupresión o comorbilidad) sin náuseas ni vómitos y con buen apoyo social, pueden ser tratados de forma ambulatoria con dieta líquida, para mantener una adecuada hidratación, y administración oral de antibióticos, durante 7-10 días. Los pacientes con diverticulitis aguda grave, deber ser hospitalizados. Divertículo  

Tratamiento dietético con fibra para la diverticulosis