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Las vacaciones de verano suelen ir acompañadas de cierta desorganización en los hábitos alimentarios: hay menos rigor con los horarios ya que, en general, el ritmo de comidas está marcado por los horarios laborales y escolares. El hecho de que durante el verano los niños no vayan al colegio y los horarios del trabajo se flexibilicen -o se rompan del todo en las vacaciones- hace que la rutina alimentaria se altere .

- PREPARACIÓN: Congelar el queso fresco. Ponemos en la batidora  los tomates pelados, el pimiento, , el pepino, la cebolla y los melocotones pelados. Triturar hasta obtener una crema fina y suave. Aliñar el aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal a gusto. Volver a batir, incorporar el agua necesaria para alcanzar el espesor deseado y dejar enfriar en el frigorífico.  
- PREPARACIÓN: Pela y trocea 2 tomates y medio y ponlos en un bol. Añade la cebolleta troceada. Machaca los granos de pimienta con el cuchillo y agrégalos. Pica finamente 4 hojas de menta y de albahaca y añádelas. Pela y retira las pepitas del melón. Trocea e introdúcelo en el bol. Sazona y vierte el zumo de limón y un chorrito de vinagre.  
El origen del actual gazpacho es incierto, aunque tradicionalmente se le ha considerado un plato del interior de Andalucía, donde el aceite de oliva y los productos de la huerta son abundantes, y los veranos muy secos y calurosos. Por esta razón se le conoce comúnmente como gazpacho andaluz. A pesar de ello el origen del gazpacho como plato "desmigado" es anterior al uso de hortalizas en su elaboración y data de la época del al-Ándalus.