Estudios recientes apuntan a que llevar una alimentación vegetariana reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y se asocia a una disminución de los niveles de presión arterial y del "colesterol malo". Aunque este tipo de dieta puede ser beneficiosa, es importante recordar que también puede motivar carencias nutricionales si la elección y consumo de alimentos no son los adecuados.