Encontrarse la nevera/heladera medio vacía o alimentarse a base de precocinados, son algunos de los males que sufren las personas que viven solas. Sin embargo, planificando los menús y la despensa se puede llegar a un equilibrio perfecto.Cocinar para uno puede ser tan desalentador como cocinar para una familia numerosa, o incluso más. Hay que comprar en cantidades pequeñas, cocinar raciones ridículas y en muchas ocasiones tirar a la basura. Para superar esta situación es necesario planificar los menús. Esta operación comienza en el propio supermercado. Hay que huir, ante todo de las ofertas y de los tamaños familiares o de los paquetes que incrementan su tamaño por el mismo precio. ¿De qué sirve comprar más barato si luego hay que tirarlo?. Es mejor pagar un poco más por cantidades más pequeñas pero disfrutar de ellas y además variar más los platos.