La respiración es una función vital del organismo. Nos conecta con el medio ambiente para ejecutar el intercambio gaseoso que alimenta la vida, a saber, la absorción de oxígeno al inspirar y la expulsión de anhidrido carbónico al espirar. Respiramos constantemente, a razón de unas veinte veces por minuto, nos demos cuenta o no, despiertos o dormidos.