El estilo de vida moderno, los hábitos alimentarios y los estilos de vida poco saludables desajustan nuestro reloj biológico. El reloj biológico es la referencia innata de tiempo en nuestro organismo: un conjunto de funciones orgánicas vinculadas al ritmo de vida, consiste en la interacción de las proteínas y las células de todo el cuerpo, que hace que cuando se acerca el mediodía comencemos a sentir hambre y por la noche empecemos a tener sueño.
 

Una de las sensaciones más desagradables cuando empezamos a cambiar los hábitos hacia una dieta equilibrada y saludable es la sensación de hambre . Muchos de los pacientes del Método novaLine nos comentáis que tenéis una sensación de hambre constante y que es uno de los obstáculos más difíciles de superar.

Lo primero es saber diferenciar entre hambre física y hambre emocional.

¿ CÓMO PODEMOS EVITAR LAS TENTACIONES Y ENGAÑAR AL HAMBRE?

Vamos a abordar el tema desde dos puntos de vista: el mental o psicológico y el práctico: ¿qué podemos picar ?

Mecanismos mentales: Relación mente-cuerpo.

Entre los recursos psicológicos que nos pueden ayudar a evitar tentaciones, se encuentran los siguientes:

  • Alejarnos físicamente de la situación de peligro, levantarnos de la mesa, salir a bailar, regalar nuestra ración... Eso sí, es importante que actuemos rápido, antes de que la tentación pueda con nosotros.

  • Racionalizar la situación, parar para analizar qué está ocurriendo y solucionarlo de forma “hipocalórica”: sirviéndonos agua, poniéndonos la ración en un plato pequeño: debemos volver a tomar el control de la situación.

  • Contar hasta diez antes de caer en la tentación; de esta forma podremos volver a controlar lo que comemos.

  • Interiorizar que un atracón no es un fracaso: hay que mantener la calma y volver siempre lo más rápido posible a nuestras pautas para perder peso. Ser flexible con nosotros mismos.

  • Pensar en refuerzos positivos: “ yo puedo con esto”, “ tengo que sortear al monstruo que llevo dentro”

  • Cuando tenemos una fiesta con comida apetecible, comer solo lo que realmente nos gusta mucho; si no es así mejor no lo probemos.

  • Interiorizar las situaciones que nos ponen en riesgo, saber cuáles son, ir aprendiendo con la experiencia.

  • Pedir ayuda a un experto, a los amigos, a la familia... si lo necesitamos.

  • Si al final hemos caído en una tentación muy sabrosa, no pasa nada, volver a nuestras pautas habituales lo más rápidamente posible.

Los cambios de hábitos no son fáciles de interiorizar en las primeras ocasiones. Es a base de repetir y repetir las cosas como se interiorizan. Por tanto, debemos insistir en las acciones bien hechas una y otra vez hasta que sean interiorizadas y reproducidas automáticamente.

¿QUÉ PODEMOS PICAR?

  • Agua: al llenar nuestro estómago con agua, ésta ocupa un gran volumen y nuestra mente no sabe si nuestro estómago está lleno de comida o de líquido, con lo que se mitiga la sensación de hambre.

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  • Alimentos que contienen fibra. Por ejemplo, el glucomanano tomado con dos vasos grandes de agua se hincha en el estómago y da sensación de plenitud. Esta agua, tomada caliente, en forma de infusiones, provoca aún mayor sensación de bienestar y menos apetito.

Apetito, hambre, saciedad. Te suena? Probablemente experimentes a diario este tipo de sensaciones. Con toda la disponibilidad de alimentos, buenos y malos, que tenemos a día de hoy al alcance de nuestras manos lo realmente complicado es encontrar el equilibrio y dar con aquellos alimentos que no aporten demasiada energía, que sacien, y que además, nos gusten. En este artículo os damos alguna recomendación para controlar este aspecto tan importante a la hora de regular nuestro peso corporal. La saciedad juega un papel muy importante, ya que normalmente cometemos errores alimenticios cuando no estamos saciados, siendo más difícil incurrir en una mala alimentación si conseguimos saciarnos con cada comida.
La capacidad de los alimentos de saciar el apetito. Nuestra salud y nuestro bienestar se ven influenciados por el tipo y la cantidad de alimentos que ingerimos. ¿Qué alimentos hacen que nos sintamos llenos y por qué muchos de nosotros tendemos a comer en exceso? La función principal de los alimentos es satisfacer el apetito y proporcionarnos la energía, los nutrientes y las demás sustancias esenciales para crecer y mantener una buena salud.