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El embarazo és una etapa de extraordinario desarrollo celular en el que los requerimientos de vitaminas y ácido fólico han de controlarse adecuadamente. Un desarrollo fetal sin el aporte necesario de ácido fólico puede exponer al recien nacido a deformaciones del tipo espina bífida y ocasionar una invalidez de carácter permanente. Los requerimientos de ácido fólico se incrementan como respuesta a la demanda de eritropoyesis y crecimiento fetoplacentario, así como por una excreción urinaria aumentada.

La carencia de ácido fólico en la gestante, puede producir anemia megaloblástica, e incluso si el padecimiento de esta deficiencia se da en las primeras 10 semanas de gestación, se ha llegado a asociar a la posibilidad de aumentar el riesgo de malformaciones congénitas fetales.

La alimentación durante el embarazo debe ser sana y variada Durante el embarazo una alimentación sana es fundamental para asegurar la cantidad adecuada de nutrientes para la madre y para el desarrollo del feto, ya que éste depende totalmente de la ingesta de alimentos de la madre, pues todos los nutrientes los recibe a través de la placenta. En este período, desde el punto de vista nutricional, se debe controlar el aumento moderado de las necesidades de energía y de la demanda de ciertos micronutrientes (vitaminas y minerales) que son esenciales para la madre y para el buen desarrollo del bebé.
1. ¿Qué es el licopeno?
Licopeno. El tomate y sobre todo sus salsas contienen gran cantidad de este pigmento. El licopeno no se puede considerar un nutriente, es un pigmento vegetal soluble en grasa que las plantas desarrollan para protegerse de los efectos de la luz y de la oxidación del aire. Esta sustancia es la responsable de dar el color rojo o anaranjado característico a ciertas frutas y verduras. El licopeno pertenece al grupo de los beta-carotenos, pero no se transforma en vitamina A, razón por lo que se llegó a pensar que no tenía importancia fisiológica.