En los últimos años hemos sufrido un gran cambio en nuestros hábitos alimentarios. El aumento de la población urbana ha hecho que los alimentos frescos pasen más tiempo en tránsito desde que se recolectan hasta que llegan a nuestra mesa. Eso, y otros factores como el estrés, o la incorporación de la mujer al trabajo, también ha supuesto un aumento en el consumo de productos prefabricados listos para su consumo. Cada una de las etapas al que se someten los alimentos, tanto en la preparación como en su almacenamiento, produce una pérdida inevitable de vitaminas.
Las vitaminas no responden por igual a los agentes físicos (calor, luz, humedad) y químicos (oxidantes, pH...).
¿Sabes que alimentos como la manzana, la uva, el brócoli o el tomate pueden proteger tu corazón frente a las enfermedades cardiovasculares? En este artículo os vamos a explicar qué son los antioxidantes, dónde podemos encontrarlos y las últimas conclusiones publicadas que los relacionan como protectores de las enfermedades cardiovasculares.
En este post daremos las bases para una correcta alimentación del escolar, de entre 3 y 18 años tanto para comedores escolares, como extrapolable también para nuestra casa.
Mi frase favorita, para hacer pensar y así comenzar este post es:“ Comer es una necesidad, pero comer de forma inteligente es un arte”.-La Rochefoucauld-
Los menús contra el calor deben ser variados
Después de meses de colegio, de rutinas establecidas, de hábitos conseguidos, las vacaciones se presentan como el momento de la libertad. Ha llegado el momento de disfrutar, las normas se relajan, hay mayor permisividad... Pero no hay que olvidar que los niños han de mantener unos hábitos alimentarios saludables también durante el verano. Eso sí, hay que adaptar los menús a una época en la que sus necesidades son muy diferentes a las de los meses escolares.