Un buen estado nutricional es necesario para mantener una salud óptima y evitar el desarrollo de enfermedades cuyas manifestaciones en la edad avanzada pueden complicar el envejecimiento fisiológico.
En los últimos años hemos sufrido un gran cambio en nuestros hábitos alimentarios. El aumento de la población urbana ha hecho que los alimentos frescos pasen más tiempo en tránsito desde que se recolectan hasta que llegan a nuestra mesa. Eso, y otros factores como el estrés, o la incorporación de la mujer al trabajo, también ha supuesto un aumento en el consumo de productos prefabricados listos para su consumo. Cada una de las etapas al que se someten los alimentos, tanto en la preparación como en su almacenamiento, produce una pérdida inevitable de vitaminas.
Las vitaminas no responden por igual a los agentes físicos (calor, luz, humedad) y químicos (oxidantes, pH...).
¿Sabes que alimentos como la manzana, la uva, el brócoli o el tomate pueden proteger tu corazón frente a las enfermedades cardiovasculares? En este artículo os vamos a explicar qué son los antioxidantes, dónde podemos encontrarlos y las últimas conclusiones publicadas que los relacionan como protectores de las enfermedades cardiovasculares.
El consumo frecuente de vitaminas y antioxidantes se asocia a la prevención de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y de varios tumores, de ahí la importancia de tener una alimentación saludable y variada, basada en el consumo de frutas y verduras, ya que la mayoría de estas vitaminas las encontramos en estos alimentos; pero su paso por la cocina hace que pierdan algunas de sus propiedades.
La pérdida de nutrientes comienza ya en el almacenamiento de los alimentos en casa y en la manipulación previa antes del cocinado, ya que en todos estos procesos se merman sus propiedades nutritivas. Veamos los procesos más importantes :
Los menús contra el calor deben ser variados
Después de meses de colegio, de rutinas establecidas, de hábitos conseguidos, las vacaciones se presentan como el momento de la libertad. Ha llegado el momento de disfrutar, las normas se relajan, hay mayor permisividad... Pero no hay que olvidar que los niños han de mantener unos hábitos alimentarios saludables también durante el verano. Eso sí, hay que adaptar los menús a una época en la que sus necesidades son muy diferentes a las de los meses escolares.