09 Nov Camina ligero
Con el buen tiempo y, como todos los años, comienzan la pesadez, el dolor, el cansancio y la hinchazón de las piernas. ¿Por qué ocurre esto?; posiblemente se trate de una Insuficiencia Venosa Crónica o lo que es lo mismo, un estado de dificultad para el retorno venoso.
Las molestas varices son consideradas la cara visible de la Insuficiencia Venosa Crónica.
Las venas de las piernas permiten que la sangre ascienda hasta el corazón de forma adecuada a las necesidades del organismo, sin importar la postura que tengamos y la actividad muscular que estemos realizando en ese preciso momento. Para ello, es necesaria la existencia de vías venosas y de bombas que permitan la movilización de todo el flujo sanguíneo.
Dos son los sistemas venosos que funcionan en las extremidades inferiores: el Superficial y el Profundo. Ambos se encuentran unidos entre sí por otras venas (conocidas como comunicantes o perforantes). Y debido a la convivencia de estos dos sistemas venosos, se diferencian dos tipos de varices: las varices superficiales y las profundas.
Ambos sistemas disponen de válvulas que hacen que la sangre fluya en dirección ascendente (hacia el corazón) y, por consiguiente, que se mueva en sentido contrario al de la fuerza de gravedad. Para ello, junto a la función de las válvulas venosas es necesaria la contracción de los músculos de las piernas, que actúan como una bomba que exprime las venas a las que rodean.
En la Insuficiencia Venosa Crónica la sangre fluye en sentido opuesto a la normalidad. Esto se debe a la incompetencia de las válvulas, a consecuencia de un traumatismo, un trombo o un defecto de la pared venosa.
El fallo valvular origina una serie de cambios que propician la aparición de las varices, la salida de líquido, la aparición de edemas y la mala oxigenación de los tejidos circundantes. Todos estos cambios favorecen la aparición de síntomas locales, inflamación, infección, trombosis y muerte de los tejidos, dando lugar a las complicaciones de la enfermedad.
La Insuficiencia Venosa Crónica es la enfermedad vascular más frecuente, afectando al 20-30% de los adultos y al 50% de los mayores de 50 años, siendo 5 veces más frecuente en la mujer que en el hombre.
Existen una serie de factores de riesgo asociados a la presencia de varices:
- La edad: a mayor edad, mayor riesgo
- El embarazo
- El estreñimiento
- Permanecer mucho tiempo de pie o sentado
- Antecedentes familiares
- La obesidad (sólo en mujeres, en hombres no supone factor de riesgo)
MEDIDAS GENERALES PARA MEJORAR LA CIRCULACIÓN.
- Prevenir y corregir el sobrepeso y la obesidad.
- Corregir el estreñimiento, para prevenir el aumento de la presión intraabdominal.
- Evitar las situaciones que supongan periodos prolongados de pie y sentado.
- Evitar ropas excesivamente apretadas, que dificulten el retorno venoso.
- Evitar exposiciones a fuentes de calor.
- La actividad física, para estimular la bomba muscular.
MEDIDAS FÍSICO-POSTULARES
Reposo con elevación de las piernas durante 15-30 minutos varias veces al día, para disminuir los síntomas y el edema.
Masaje de las piernas de abajo hacia arriba. Es importante que el masaje lo realice un profesional ya que, si existe un trombo, podría desprenderse y originar un accidente cerebro-vascular.
Hidroterapia: las duchas y masajes con agua fría o duchas de contraste son buenos estimulantes del tono venoso.
FITOTERAPIA
El uso de las plantas medicinales puede ayudar a aliviar la sintomatología congestiva venosa y a disminuir un edema ya existente.
Entre las plantas más utilizadas destacan aquellas que contienen principios activos vasoprotectores y/o venotónicos. Algunos de estos principios tienen actividad antiinflamatoria y pueden reducir la permeabilidad capilar disminuyendo el edema; otros facilitan la contracción de las venas, mejorando el retorno venoso.
Diversos extractos de plantas y determinados principios activos han demostrado que mejoran la microcirculación, el flujo de los capilares y el tono vascular. De este modo, se fortalece el tejido conectivo que rodea a los vasos sanguíneos. Entre estas plantas podemos citar: CASTAÑO DE INDIAS, GINKGO BILOBA, MELILOTO, MIRTILO, VID ROJA, entre otras, y algunos principios activos como los BIOFLAVONOIDES CÍTRICOS O LOS ANTOCIANÓSIDOS, sin olvidar las VITAMINAS. Las del grupo B son indispensables en las reacciones del metabolismo, y otras, como la C, tienen un potente efecto antioxidante.
También es importante destacar que todas las plantas mencionadas mejoran la sintomatología de la Insuficiencia Venosa Crónica con escasos efectos secundarios.