Beneficios psicológicos del deporte

Si recordamos que la palabra deporte proviene del latín “disporte” (dis y portare) que etimológicamente significará sustraerse al trabajo, observamos que el placer está de hecho implícito en esta actividad. Por regla general todo aquello que presupone placer implica salud, aunque debemos admitir algunas extraordinarias excepciones que confirman este lema social.

 

Pero, cuando observamos la relación entre deporte y educación, hallaremos que muchas oportunidades, sobre todo en la niñez y la juventud, la práctica deportiva también era “recetada” para ahuyentar la relación incipiente con las manifestaciones de la sexualidad. La cuestión era derivar en el deporte, socialmente aceptado, todas las fantasías que sobre la sexualidad poseía el niño y que por razones evolutivas lo invadía en toda su esfera personal.

Será en este sentido que el deporte era y aún lo es vivido como un tipo de catarsis especial que tanto puede servir para canalizar ese tipo de pulsiones como otras entre las cuales la agresividad constitutiva del ser humano ocupa un lugar calificado.

Como en el deporte la actitud es bien diferente a la del trabajo, excepto en algún tipo de personalidad especial, puede comparase al juego. En este sentido la experiencia consiguiente es de satisfacción. Por este motivo, todo aquel tipo de resultado placentero actúa aumentando la participación.

Globalmente podemos señalar que existen dos formas de practicar un deporte, como pasatiempo (“amateur”) o en forma profesional en la cual la dedicación es total con el objetivo de lograr el máximo rendimiento. En este último caso obtener resultados esperados para un alto nivel de performance, implica un esfuerzo continuado y fatigoso, pero aún así el placer que emerge después del esfuerzo mismo, del “deber cumplido” está involucrado en la actividad y esto hace que aumente la autoestima.

La valoración del “quién soy” ya a “que puedo llega” está sustentada por metas y objetivos que están íntimamente ligados a factores de personalidad. Si bien todas las personas precisan en determinados momentos mostrarse tanto a si mismo como a sus inmediatos, en su capacidad, en el sentirse apto, completo, mostrar su audacia, su coraje, el como resolver los retos de la vida cotidiana, en su habilidades tanto físicas como psicológicas, será en el deporte en donde este conjunto de necesidades u otras más, hallarán el campo propicio ideal para cumplir con sus ideales.

 

Ejercicio y deporte / Ansiedad y depresión.

 

El ejercicio y el deporte promueven una reducción significativa de la ansiedad y sus fisiológicas correlacionadas. De acuerdo con el meta-análisis de Petruzzello (1991), examinando la ansiedad-estado, la ansiedad-rasgo y los correlatos fisiológicos de la ansiedad, no importa COMO la ansiedad sea considerada, no hay duda que el ejercicio está asociado con una reducción de esas tres medidas, de acuerdo con la edad, sexo y modelo de salud mental.

Una sesión de ejercicios aeróbicos, por ejemplo, es suficiente para reducir la ansiedad de individuos ansiosos. Para producir un efecto tranquilizante el ejercicio debe ser rítmico, como la caminata, la carrera, saltar sobre obstáculos, o andar en bicicleta, manteniendo una duración de 5 a 30 minutos.

Algunos investigadores llegaron a la conclusión que la falta de ejercicio es un factor importante para la aparición de síntomas de depresión. La posibilidad de reducción de los síntomas de ansiedad y depresión por medio del ejercicio , contribuyó para que varios psicoterapeutas comparasen el ejercicio con diversos tipos de psicoterapias tradicionales, demostrando que tanto el ejercicio aeróbico como anaeróbico presentan un valor similar a cualquier procedimiento de psicoterapia tradicional.

El ejercicio físico puede ser una alternativa al tratamiento o una ayuda en un tratamiento con dispositivos tradicionales de psicoterapia en la forma unipolares de depresión leve o moderada.

El proceso del ejercicio, ya sea de corta o larga duración, causa un bienestar mental y mejoría psicológica. La actividad física es causante de una mejora en la autoestima que produce beneficios en la hipertensión, osteoporosis, crisis diabéticas y varios trastornos psiquiátricos.

Mayte Morales
maytemoralesalfaro@hotmail.com