13 Nov DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES
El 14 de noviembre se celebra el día mundial de la diabetes.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad fácilmente prevenible y curable en la mayoría de casos, pero a pesar de esto los datos son impactantes: en los últimos 30 años se ha triplicado el número de diabéticos tipo 2. En España alcanza ya el 12% de la población y se reconoce como uno de los problemas sanitarios más graves.
DIABETES TIPO 1
Es una enfermedad crónica por la cual hay un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre.
En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa penetre en las células para suministrarles energía. Sin la insulina, hay un exceso de glucosa que permanece en la sangre. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre pueden causar problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes.
La diabetes tipo 1 ocurre con mayor frecuencia en los niños y adultos jóvenes, pero puede aparecer a cualquier edad.
La causa exacta de diabetes tipo 1 se desconoce. La más probable es un trastorno autoinmune. Esta es una condición que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error y destruye el tejido corporal sano. La tendencia de desarrollar enfermedades autoinmunes, incluyendo diabetes tipo 1, puede ser heredada a través de los padres.
DIABETES TIPO 2
El sedentarismo y la obesidad son los principales factores de riesgo de la diabetes tipo 2. Sin ejercicio los músculos no requieren mucho combustible, y la glucosa se va directa a las reservas de grasa.
A medida que las células grasas (adipocitos) se llenan, ofrecen más resistencia a la entrada de nueva glucosa. Esto obliga al páncreas a generar más insulina, forzando la entrada de la glucosa que se acumula en la sangre. Ante el aumento de insulina, los adipocitos se vuelven todavía más resistentes, y el páncreas genera todavía más insulina, y los adipocitos aumentan su resistencia… y así sucesivamente.
Así se produce la llamada resistencia a la insulina, la antesala de la diabetes.
Con el tiempo, el esfuerzo adicional realizado por el páncreas para limpiar la glucosa en sangre puede llegar a agotarlo, deteriorando su funcionamiento. Por eso, resistencia a la insulina y daño del páncreas suelen aparecer juntos en la diabetes.
El resultado es un nivel elevado de glucosa en sangre, que daña vasos sanguíneos y múltiples órganos (ojos, riñones, cerebro, corazón…). Las ramificaciones son devastadoras: ceguera, fallo renal, demencia, amputaciones, muerte.
La propia hemoglobina de la sangre, responsable de transportar el oxígeno a todos los tejidos, se deteriora por el exceso de glucosa.
DIABETES TIPO 3
Para algunos expertos, la diabetes tipo 3 será la próxima epidemia. Las enfermedades neurodegenerativas van en aumento , y los problemas metabólicos contribuyen a trastornos como el Alzheimer.
Según el Journal of Diabetes: «El término diabetes tipo 3 describe de manera correcta el hecho de que el Alzheimer representa una forma de diabetes que involucra selectivamente el cerebro, con características moleculares y bioquímicas comunes a la diabetes tipo 1 y tipo 2».
Es decir, resistencia a la insulina en el cerebro.
DIABETES GESTACIONAL
Durante el embarazo, la mujer desarrolla cierta resistencia a la insulina para asegurar la llegada de suficientes nutrientes a su hijo. Este proceso natural puede exacerbarse y derivar en diabetes gestacional, peligrosa para la madre y para el bebé.
ALIMENTACIÓN Y DIABETES
CARBOHIDRATOS
Las recomendaciones generales se centran principalmente en bajar de peso y cada vez más evidencias apoyan el uso de dietas bajas en carbohidratos como primera medida nutricional contra la diabetes.
Los trastornos derivados de la diabetes tipo 2 se controlan o incluso desaparecen al bajar de peso .Pero el problema es que perder peso con una dieta alta en carbohidratos teniendo resistencia a la insulina es difícil. Por eso personas con poca tolerancia a la glucosa pierdan más peso al restringir los carbohidratos.
Además, la reducción de carbohidratos permite mejorar el control de la glucosa incluso sin pérdida de peso .
En la mayoría de estudios se utilizan rangos entre 20% y 30% del total de las calorías, pero incluso bajar a niveles del 40% (respecto a la recomendación oficial de 50-60%) muestra beneficios claros.
Es importante experimentar para encontrar lo que funciona mejor en cada uno, tanto a nivel de control de glucemia como de preferencias.
PROTEÍNA
Dado que la diabetes puede dañar los riñones, la proteína suele ser escasa en la dieta de un diabético. Pero la proteína no causa daño renal, y una ingesta adecuada de proteína tiene muchos más beneficios que riesgos para un diabético:
Los diabéticos pierden músculo con más facilidad, y restringir artificialmente la proteína magnifica el problema. Aumentar la musculatura mejora la sensibilidad a la insulina, fundamental para un diabético.
Mejor control de la glucosa al sustituir carbohidrato por proteína .
Mayor saciedad. El poder saciante de la proteína facilita la pérdida de peso, clave en un diabético.
GRASAS
Ya no se entienden las grasas como un nutriente peligroso o a eliminar. Las grasas deben ser una parte fundamental de la alimentación, pero atendiendo más especialmente al tipo de grasa que se ingiere que a su cantidad total. Incluso se va un poco más allá, ya no hablamos del tipo de grasas como grasas saturadas o insaturadas, sino que nos deberíamos referir a cada alimento en particular. Los alimentos son mezclas de diferentes tipos de grasas junto con otros muchos nutrientes, lo cual les confiere unas propiedades determinadas según sea esta mezcla nutricional.
De este modo, la Asociación Americana de Diabetes divide las grasas como sanas o insanas.
Dentro de las sanas se incluyen las insaturadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas). Por otro lado, las grasas insanas incluyen las grasas saturadas, las grasas trans y el colesterol.
Esto no quiere decir que existan grasas prohibidas ni grasas de consumo libre, se trata de establecer una frecuencia de consumo de cada tipo de ellas.