El deporte durante el embarazo

La práctica de alguna actividad física durante el embarazo se recomienda para todas las mujeres. Es más, es fundamental y beneficioso tanto para el bebé como para la mujer y actúa positivamente en su estado de ánimo. Aún así, deben considerarse algunas situaciones especiales antes de comenzar a practicar ejercicio físico durante el embarazo:

-Llevar ropa adecuada y calzado cómodo.
-Evitar el ejercicio extenuante: realizar pausas frecuentes y beber líquidos durante la actividad física.
-Debe evitarse la realización de ejercicio en agua caliente: los cambios de temperatura están contraindicados.
-No realizar ejercicio sobre superficies inestables, ya que puede favorecer las lesiones articulares y de ligamentos, debido a una disminución del equilibrio durante la gestación y a una hiperlaxitud aumentada típica del embarazo.
-También hay que huir de los deportes de contacto durante los meses de gestación.
-Durante el segundo y tercer trimestre de embarazo han de evitarse los ejercicios que precisen de estar tumbada sobre la espalda, ya que disminuyen el flujo sanguíneo uterino.

Beneficios del ejercicio físico durante el embarazo:

La mujer que pueda disfrutar del ejercicio durante el embarazo se sentirá mucho mejor en todos los sentidos, pues le ayudará a:
1. Sentirse más controlada y con más energía y vitalidad.
2. Tonificar los músculos de la espalada, evitando los dolores, y fortaleciendo su postura.
3. Equilibrar el movimiento intestinal.
4. Activar y fortalecer los movimientos de las articulaciones.
5. Conciliar el sueño con más facilidad.
6. Controlar el estrés y la ansiedad.
7. Mejorar el aspecto de la piel.
8. Controlar la respiración y el dolor durante el parto.
9. No acumular grasa durante el embarazo y, así, poder recuperar la forma física después del embarazo.

Los 3 ejercicios más indicados:
Las actividades físicas más indicadas son las que incluyen una importante parte aeróbica, en la que se incluyen grandes grupos musculares. Hablamos de:
1. Caminar a paso ligero. Si los niveles de ejercicio antes del embarazo eran bajos, puede empezarse por un rápido paseo. Esto ayudará a preparase desde el punto de vista cardiovascular sin demasiado impacto en las rodillas. A medida que el embarazo avanza, el centro de gravedad cambia y puede perderse el sentido del equilibrio y la coordinación, por tanto, es aconsejable ir por terrenos planos, sin baches ni rocas.
2. Nadar. La natación aporta uno de los mayores beneficios porque permite realizar movimientos sin necesidad de ejercer presión sobre las articulaciones. Además, la flotabilidad puede aliviar el peso extra y los movimientos en el agua armonizan todo el sistema muscular. Debe elegirse un estilo de nado que resulte cómodo y que no cause tensión en la nuca ni en los hombros. Puede usarse el borde o, en el caso de que haya, una barandilla para mantener el equilibrio al entrar en el agua.
3. Ejercicios aeróbicos de bajo impacto. Excluyen los saltos, patadas o carreras rápidas. Incluyen el yoga, pilates o estiramientos. La opción de bajo impacto ayuda a mantener el equilibrio. Es importante, si se acude a clases de aeróbicos, informar al monitor para que modifiquen los ejercicios y aconsejen sobre los movimientos más adecuados.

Conclusión:
Hacer ejercicio durante el embarazo puede ser totalmente factible e incluso muy saludable para la embarazada y para el bebé. Sin embargo, debes prestar atención a las señales de tu cuerpo y parar si sientes alguna señal de alerta a la hora de realizar ejercicio o después, como dolor en la espalada o pelvis, fatiga excesiva, falta de aire, contracciones, palpitaciones cardíacas o pulso acelerado, incluso después de cesar la actividad física.

Fuentes:
www.natalben.com

www.entrenamiento.com

www.eldiario.es

Isabel Franco
i.franco@novadiet.es