19 Jun Gases!!!!
Se denomina flatulencia, ventosidad, gas estomacal . Esta mezcla proviene de gases ingeridos y otros gases producidos, a partir de los alimentos, por bacterias y levaduras simbióticas que viven en el tracto gastrointestinal de los mamíferos, y por partículas aerosolizadas de sus excrementos.
Hay que distinguir dos conceptos: aerofagia o aire deglutido y flatulencia o gas producido en la luz intestinal.
La deglución de pequeñas cantidades de aire con los alimentos es normal, pero algunas personas lo hacen en grandes cantidades de modo inconscientes, sobre todo en estados de ansiedad.
Cantidad y constituyentes
La flatulencia tiene un olor muy desagradable. Los principales constituyentes de la flatulencia son gases inodoros, que son, en orden de cantidad:1
- Nitrógeno (ingerido, 20% – 90%).
- Hidrógeno (producido por unos microbios y consumido por otros, 0% – 50%).
- Dióxido de carbono (producido por microbios aerobios o ingerido, 10% – 30%).
- Metano (producido por microbios anaerobios, 0% – 10%).
- Oxígeno (ingerido, 0% – 10%).
El intenso mal olor proviene de trazas de otros constituyentes producidos por la ruptura de proteínas:
- Ácido butírico (olor a mantequilla rancia).
- Compuestos del azufre.
- Sulfuro de hidrógeno (olor a huevos podridos).
- Disulfuro de carbono.
Los flatos también contienen partículas aerosolizadas de excrementos, aunque en cantidades minúsculas.
La flatulencia está compuesta principalmente por nitrógeno, y no por metano, como comúnmente se cree. De hecho, algunas pruebas sugieren que dos de cada tres personas no expulsan metano en sus flatulencias. La mayor parte del metano lo producen bacterias que se encuentran en el interior del intestino. El metano y el hidrógeno son inflamables, por lo que algunas flatulencias son susceptibles de encenderse con fuego.
Causas
Los gases intestinales provienen de fuentes exógenas (90%) y endógenas (10%). Los gases endógenos se producen como derivados de la digestión de cierto tipo de comida. Los alimentos que producen flatulencias son, por lo general, ricos en carbohidratos complejos (especialmente oligosacáridos como la inulina) e incluyen habichuelas, leche, cebollas, batatas, castañas, brócoli, coles, alcachofas, levadura del pan, etc.
En las habichuelas, los gases endógenos parecen provenir de los oligosacáridos, carbohidratos que son resistentes a la digestión. Estos pasan al intestino delgado prácticamente sin modificar y, cuando alcanzan el intestino grueso, las bacterias se alimentan de ellos, produciendo una abundante cantidad de gas.2
Las bacterias intestinales que se alimentan de la lactosa, en el caso de personas con intolerancia a este disacárido, pueden producir un aumento excesivo de gas cuando se consume leche u otras sustancias que contienen lactosa.
Síntomas
Hay personas particularmente sensibles a los efectos de los gases; otras pueden tolerar grandes cantidades de ellos sin desarrollar síntomas.
Los gases pueden provocar dolor de estómago y del abdomen (tanto en el lado izquierdo como en el derecho), distensión, eructos y expulsión excesiva de gases por el ano.
Mecanismo de acción
Los sonidos comúnmente asociados con la flatulencia se producen por la vibración de la apertura anal, y ocasionalmente por las nalgas cerradas. El sonido varía dependiendo de lo contraído que se encuentre el músculo del esfínter y la velocidad a la que se expulsa el gas, así como otros factores como la humedad y la grasa corporal. El flato llega al ano siguiendo los mismos movimientos peristálticos que las heces, produciendo sensaciones similares de urgencia e incomodidad. Las terminaciones nerviosas en el recto aprenden a distinguir entre flatos y heces, aunque las deposiciones demasiado fluidas pueden llegar a confundir estos sensores y provocar una defecación accidental.
TRATAMIENTO
Debemos tener en cuenta que, como el sistema digestivo reacciona en primer lugar a los alimentos que consumimos, los cambios dietéticos han de ser los primeros a tener en cuenta.
Una producción de gases excesiva y prolongada, puede tener su origen en una intolerancia a la lactosa o enfermedad celiaca, en estos casos se debe consultar a un especialista, para descartar.
Aplicar compresa fría abdominal, empapada con agua y vinagre, por las mañanas, ayuda a calmar el dolor.
Respirar regularmente utilizando el diafragma en lugar de los músculos del pecho, masticar mucho los alimentos, sentarse erguido y evitar al máximo los líquidos durante las comidas ayuda a evitar gases.