Licopeno, el oro rojo

1. ¿Qué es el licopeno?

Licopeno. El tomate y sobre todo sus salsas contienen gran cantidad de este pigmento.

El licopeno no se puede considerar un nutriente, es un pigmento vegetal soluble en grasa que las plantas desarrollan para protegerse de los efectos de la luz y de la oxidación del aire.

Esta sustancia es la responsable de dar el color rojo o anaranjado característico a ciertas frutas y verduras.

El licopeno pertenece al grupo de los beta-carotenos, pero no se transforma en vitamina A, razón por lo que se llegó a pensar que no tenía importancia fisiológica.

No obstante, diversos estudios han demostrado que el licopeno es altamente beneficioso para la salud humana.

Es una sustancia que no puede ser sintetizada por nuestro organismo, lo que hace que solo la podamos obtener a través de la dieta o mediante suplementos dietéticos. Se usa como colorante alimenticio, el código alimentario asignado por la Unión Europea a esta sustancia es E-.160d.

2. ¿Cómo es?

Es un carotenoide de estructura sencilla con una cadena alifática formada por cuarenta átomos de carbono. Es altamente lipofilico (tendencia a unirse con la grasa), no tiene anillos cíclicos y posee numerosos dobles enlaces conjugados.

3. ¿Cómo se obtiene?

Se obtiene por síntesis química, aunque dicho proceso aún no está totalmente establecido y, a diferencia de otros carotenoides como el â-caroteno producido a gran escala por síntesis, el licopeno se obtiene fundamentalmente a partir de fuentes naturales, hongos y muy especialmente tomates.

Sin embargo, los sistemas de extracción son costosos y el licopeno presenta una baja estabilidad, lo que ha limitado su utilización como colorante alimenticio.

4. ¿Dónde se encuentra en el organismo?

El licopeno en el organismo está presente en la sangre en cantidad de 30 µg/d y tejidos, donde se distribuye de forma variable.

Se puede considerar como el carotenoide predominante en la composición de los tejidos humanos, concentrándose muy especialmente en la próstata, hecho que podría explicar la fuerte acción preventiva en la aparición del cáncer de próstata.

5. ¿Qué alimentos lo contienen?

Se obtiene a partir de alimentos muy definidos de nuestra dieta, entre los que incluimos tomate y derivados (salsas, tomate frito y triturado, zumos, ketchup), sandía, papaya, albaricoque, zanahoria, pomelo rosa, frutos rojos y guayaba.

6. Los suplementos de licopeno

Los suplementos de licopenos no han demostrado mayores beneficios que el consumo de productos frescos, tampoco se encuentran comprobados los riesgos.

Por esta razón, lo más recomendable es el consumo de licopenos a partir de alimentos y no de suplementos. No obstante, se puede conseguir el licopeno en forma de suplemento, las dosis habituales se establecen entre los 5 a 15 miligramos diarios en forma de tabletas.

Los suplementos de licopeno están desaconsejados en embarazadas o lactantes, y es necesario que cualquier persona que quiera tomarlos consulte previamente a su médico.

7. ¿Cuánto debemos tomar?

Respecto a la dosis óptima de licopeno, no hay normas establecidas, pero hay rangos aproximados que sugieren un aporte de 4 a 6.5 mg diarios. Otros autores proponen el consumo de 10 porciones por semana (una porción = media taza de salsa de tomate o medio tomate o un cuarto de puré de tomates).

Esta recomendación puede lograrse a través del consumo de numerosos platos que posean al tomate como ingrediente, para hacerse una idea, una porción de 60 gramos de puré de tomates, que puede formar parte de una comida o de la salsa que acompaña a un alimento, puede aportar aproximadamente 10 mg de licopeno.

De todas formas es importante aclarar que el licopeno no se encuentra exclusivamente en el tomate, está presente en otros alimentos aunque en otras cantidades.

8. Efectos secundarios y advertencias

El repaso a la bibliografía científica disponible no encuentra informes de toxicidad o de efectos secundarios en el consumo de tomates, productos derivados del tomate o en los suplementos de licopeno.

Aunque los tomates y productos derivados del tomate pueden ser ácidos e irritar úlceras de estómago, estar contraindicados en personas con diverticulitis e incluso según como demuestran algunos estudios ser contraindicado un consumo masivo de tomate sí se tiene un ataque de gota.

Es importante advertir que las personas con alergia o hipersensibilidad al licopeno o a los tomates deben evitar el licopeno.

En franca oposición a la acción protectora del licopeno ante el cáncer de pulmón, algunos investigadores han llegado a la conclusión de que se puede aumentar la producción de este tipo de cáncer, en personas fumadoras a pesar del licopeno.

9. Interacción con medicamentos

Algunos medicamentos para bajar los niveles de colesterol en sangre pueden también reducir los niveles de carotenoides como el licopeno.

Algunos ejemplos de medicamentos que bajen el colesterol incluyen los medicamentos del tipo “estatina” como la lovastatina (Mevacor®) o atorvastatina (Lipitor®), colestiramina (Questran®, Prevalite®, LoCHOLEST®), o el colestipol (Cholestid®).

Se ha sugerido que la nicotina (fumar cigarrillos) y el alcohol pueden bajar los niveles de licopeno en el cuerpo, aunque no se ha demostrado.

De acuerdo con estudios en humanos, los alimentos basados en el tomate pueden evitar la agregación plaquetaria y la trombosis.

En teoría, el licopeno puede potenciar el riesgo de sangrado cuando se toma con medicamentos que aumentan el riesgo de sangrado. Entre los ejemplos se incluyen la aspirina, anticoagulantes como warfarina (Coumadin®) o heparina, medicamentos antiplaquetarios como clopidogrel (Plavix) y medicamentos antiinflamatorios no esteroides como ibuprofeno (Motrin®, Advil® o naproxeno (Naprosyn®, Aleve®).

10. Interacciones con hierbas y suplementos dietéticos

Hay estudios que indican una posible interacción del licopeno con betacaroteno. En tales publicaciones se produce según algunos informes subida en los niveles de licopeno, mientras que otros no advierten ningún cambio o disminución del mismo.

La cantaxantina, es un carotenoide, el cual parece que reduce la absorción del licopeno proveniente de las fuentes alimentarias, y puede llevar a un descenso en los niveles de licopeno en sangre.

Los estudios de laboratorio sugieren posibles interacciones entre el licopeno y otras vitaminas o suplementos, aunque la importancia de las mismas en el cuerpo humano no se conoce. Entre estos podemos incluir, el aumento de los efectos antioxidantes cuando se combina el licopeno con la luteína, o el descenso en el crecimiento de células parecidas a las del cáncer cuando se toma con vitamina D o E.

De acuerdo con estudios en humanos, los alimentos basados en el tomate pueden evitar la agregación plaquetaria y la trombosis por su contenido en vitamina K (Koagulation Factor).

En teoría, el licopeno puede aumentar el riesgo de sangrado cuando se toma con hierbas y suplementos que se cree que aumentan el riesgo de sangrado. Se ha informado de varios casos de sangrado con el uso de Ginkgo biloba, y menos casos con ajo y palma enana americana.

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Yolanda Del Moral
ydelmor@gmail.com