25 Sep Receta: Pechugas de pollo con puré de manzana
Pelamos y cortamos las manzanas en rodajas eliminando las pepitas. Añadimos a éstas una cucharada de zumo de limón para que no se oxiden. Así quedarán blancas.
Introducimos los trozos de manzana en una cazuela con un poco de agua sin que ésta las llegue a cubrir, para que así se cocinen al vapor. Tapamos la cazuela y dejamos que se cocinen a fuego moderado durante 20 minutos. De vez en cuando, durante su cocción, destapamos la cazuela para comprobar que no se ha evaporado el agua. Si fuera necesario, se añade un poco más de la misma.
Justo en el último momento, se destapa la cazuela para que se evapore todo el agua de cocción pero vigilando que no se quemen las manzanas. Una vez cocidas y con el liquido de cocción evaporado, las colocamos en un pasapurés y las tamizamos para de quede un puré de consistencia cremosa.
Una vez conseguido dicho puré, se coloca en una cazuela a fuego suave y se le da el toque deseado, que consiste en un ligero toque salado que se consigue con jugo de carne, un poco de sal y aceite de oliva en crudo.
Se podría pensar que, con una batidora, el puré quedará más suave. En parte es cierto, pero lo que realmente se quiere conseguir con el tamizado no es que quede suave, sino espeso, de manera que pueda mantener una forma, un cuerpo y una consistencia que permitan utilizarlo como elemento decorativo del plato. Por eso se usa el pasapurés.
En una sartén antiadherente o en una plancha de cocina a fuego fuerte y con un poco del aceite, cocinamos vuelta y vuelta los filetes de pechuga de pollo, poniéndolos a punto de sal cuando estén cocinados.
Servimos inmediatamente después de elaborar las pechugas, acompañadas con el puré de manzana.
fuente: www.consumer.es