Una nueva investigación sugiere, que las mujeres que tienen un exceso de peso durante la menopausia, pueden tener el inconveniente de unos sudores y sofocos más intensos, que alteran algunas de sus actividades y perjudican su rendimiento en el trabajo. Los autores respaldan la "teoría termorreguladora",  la cual sugiere que la grasa corporal actúa como aislante y atrapa el calor dentro del cuerpo asociado con los sofocos y sudores nocturnos, además de que las mujeres obesas son más propensas a los dolores de las articulaciones, dolor muscular y problemas urinarios.
A diario estamos pendientes de nuestra higiene exterior: nos duchamos, nos lavamos las manos, los dientes... Pero no solemos prestar la misma atención a "lavarnos" por dentro. Es importante mantener sanos y limpios los filtros de nuestro organismo (hígado y riñones principalmente)

Uno de los mitos más comunes respecto a la pérdida de peso es que cuanto más se suda, más calorías se logran quemar. Por eso, muchas personas que deciden adelgazar se lanzan a hacer ejercicio intensamente vistiendo ropa sintética para transpirar más y quemar grasa...