La falta de actividad es tan preocupante como la mala nutrición

El equipo de investigación coordinado por Juan Luis Hernández Álvarez, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, se ha topado con una alarmante realidad; los niños españoles de nueve a 17 años son sedentarios, sufren sobrepeso y padecen achaques que hasta hace poco parecían reservados a la tercera edad.

La actividad física brilla por su ausencia entre la población infantil. Apenas la practican en el colegio y, para complicar la situación, los niños ya no juegan en la calle como antaño. Básicamente porque los padres tienen miedo, “hay un marcado sentimiento de inseguridad”, señala Hernández. Ya no hay partidillos de fútbol, ni carreras de polis y ladrones, ni dueños a la combar en los parques después de clase. La tele y los videojuegos copan el tiempo libre de unos menores que ni se desplazan en bicicleta, ni van caminando al cole.

En los recreos, sobre todo las chicas, se sientan a charlar y ni siquiera pasean y, para rematar el triste panorama, la Educación Física en la escuela se reduce en el mejor de los casos a dos sesiones que, unidas, significan poco más de una hora de trabajo. Esos escasos sesenta minutos suponen la única actividad física practicada semanalmente por más del 50% de los chavales de 14 y 15 años, cuando lo recomendable es que hagan al menos una hora diaria.

Los datos del estudio, completado en seis comunidades autónomas, advierte de que los adolescentes realizan hoy menos actividad física que hace una década. Y los problemas derivados de ese sedentarismo creciente son inquietantes. Así, destaca el experto que “al menos un tercio de la población escolar mantiene una insuficiente frecuencia de actividad física”, por lo que no obtiene los beneficios inherentes que sirven para prevenir los riesgos asociados al estilo de vida sedentario.

“Igualmente, –indica- en determinadas edades, a partir de los 15 años y especialmente entre las chicas, el porcentaje de los que nunca realizan una actividad física fuera de la clase de gimnasia se eleva por encima del 50%”. “La cuestión más visible de esta bajísima práctica de actividad física es el incremento de los índices de masa corporal”, señala el especialista. Un 17% de la población comprendida entre los 9 y los 17 años acumula porcentajes de grasa corporal “altos”. A éstos hay que sumarles otro 35% que acumulan un porcentaje de grasa corporal “moderadamente alto” y que, por tanto, completan un 52% de jóvenes con riesgo de padecer graves dolencias.

El Ministerio de Sanidad y Consumo es consciente de lo que supone en términos de salud esta epidemia, pero parece haberse equivocado en la forma de afrontarla, según señala el catedrático Hernández; “Sanidad se ha centrado en la nutrición para intentar luchar contra la obesidad. Ha puesto en marcha la Estrategia NAOS y otras medidas similares, pero se ha olvidado de que en realidad la alimentación no es el elemento clave en el exceso de peso de la población escolar”. “Por ejemplo, -prosigue- son más saludables las personas con sobrepeso que comen mal pero realizan regularmente actividad física que aquellas comunidades en las que los escolares realizan más ejercicio se registran mejores índices de salud entre los niños y jóvenes”. Sin embargo, mientras Sanidad se centraba en luchar contra las hamburguesas gigantes y las dietas hipercalóricas, el Ministerio de Educación reducía, al pasar de la Logse a la LOE, el número de horas que los colegiales dedican a la Educación Física.

Cesar es ahora: Domesticus McFly
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