Tips para reducir la tristeza y depresión en la edad avanzada

El envejecimiento se presenta como un proceso de reducción de las capacidades y funciones del individuo, pero cada persona lo alcanza de una manera diferente. Así, puede haber ancianos longevos en perfectas facultades físicas y mentales, y adultos relativamente jóvenes cuyo estado de salud se encuentra seriamente deteriorado.

En principio, la tercera edad debería ser una época de tranquilidad y reflexión, en la que poder realizar aquellas actividades que en el pasado no se pudieron realizar por el trabajo, cuidado de hijos……Pero la realidad es que en muchas ocasiones esto no es así, siendo la depresión y la tristeza, las emociones que más predominan en la etapa de edad avanzada.

Causas de depresión:

  • Pérdida sobre el control de la vida, debido a problemas de audición, vista, movilidad….. haciendo que se tenga menos autonomía.
  • Dolor crónico a consecuencia de una enfermedad.
  • Soledad (los hijos abandonan la casa, familiares o amigos cercanos que mueren).
  • Mudanza del hogar a un centro de tercera edad.
  • Déficit vitamínico o de nutrientes esenciales, debido a la pérdida de apetito.
  • Disminución de la autoestima y ausencia o escasez de motivaciones.
  • Toma de medicamentos a diario.
  • Falta de recursos económicos.
  • Trastornos del sueño.
  • Falta de apoyo social.

Aún así, envejecimiento no es sinónimo de depresión, y aunque esto va a depender mucho de la personalidad de cada individuo, sí hay acciones que las personas que los rodean pueden ejercer para ayudarlos.

Acciones para reducir la tristeza y depresión en adultos de edad avanzada:

  • Generar en él emociones positivas. Por ejemplo recordar sucesos pasados que le generen alegría y satisfacción.
  • Cuestionar con él aquellos pensamientos negativos. ¿Por qué crees que no vas a ser capaz de..? ¿qué ha pasado cuando lo has intentado?, ¿cómo crees que podríamos cambiarlo?.
  • Promover en él sentimiento de utilidad. Permitirle que siga haciendo alguna tarea con la que se sienta realizado.
  • Pasar tiempo de calidad con él. Ir de paseo, o al campo, escucharle y pedirle consejos (seguramente aprenderemos mucho más de sus experiencias que de cualquier otra manera). Lo que es realmente importante es que el tiempo que estemos con él, sea pleno (no vale ir a visitar al abuelo, o al padre, y pasarse la tarde mirando el móvil).
  • Establecer una rutina de actividades, de manera gradual y siempre de mutuo acuerdo (no se debe imponer, por ejemplo, una determinada actividad física si ésta supone mucho esfuerzo).

BIBLIOGRAFÍA

Inma Ávalos
i.avalos@novadiet.es