Plazos de consumo de los alimentos.

La duración de los alimentos siempre ha sido un tema de debate doméstico. Hay opiniones para todos los gustos. Desde los más estrictos a los temerarios. Sin embargo, en épocas de vacas flacas y con los presupuestos para la cesta de la compra cada vez más ajustados, todo se mira y se estira al máximo. Es interesante por todo esto conocer la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Ambos conceptos tienen que ver con la vida útil del producto. Pero no son equivalentes en ningún caso.

Así, la fecha de caducidad indica hasta cuando el alimento es seguro para el consumo. Un plazo que afecta a la comida perecedera -pescado, carne, lácteos, pastelería-, que suele aguantar de 2 a 30 días, según el tipo. Una vez superada la fecha límite nadie garantiza su estado. Sin embargo, no todos los productos caducan, quesos, encurtidos, helados, legumbres o congelados pueden durar, según el caso hasta tres años. Estos son, por tanto, los que llevan la etiqueta “consumir preferentemente antes de…” que indica el momento a partir del cual el producto va perdiendo sus propiedades organolépticas: sabor, aroma y textura. Tiene menos cualidades, pero continúa siendo seguro. A pesar de eso, en muchos hogares terminan en la basura.

Plazo límite o recomendado.
Leche. No es lo mismo la leche pasteurizada que la leche UHT: la pasteurización no elimina todos los gérmenes y el UHT sí. Esta última tiene una fecha de consumo preferente, a partir de la cual irá perdiendo propiedades. La pasteurización sí caduca.
Queso. Los quesos se consideran un alimento semiperecedero. Pueden, al igual que los encurtidos mantener sus características entre 30 y 90 días.
Huevos. Los huevos deberían consumirse hasta 28 días después de la puesta. Esa fecha de consumo preferente es la que llevan impresa en la cáscara.
Carnes y pescados frescos. Los alimentos perecederos, que incluyen también las verduras, pueden durar hasta 30 días; pero depende mucho del producto, de su envase y del tratamiento al que han sido sometidos. La fecha límite la decide el fabricante en virtud de todas estas características. Sin embargo, los alimentos deben consumirse en el plazo de 3 días una vez abierto su envase.
Cereales de desayuno. Como todos los alimentos con muy bajo contenido acuoso, no caducan. Son productos de consumo preferente. A partir de la fecha marcada, su sabor, olor y textura pueden no ser los mismos que al principio, algo en lo que influye también mucho cómo se hayan conservado.
Productos de pasteleria. Son alimentos que caducan. Pueden estar preparados con huevo, leche y tener un alto contenido acuoso, lo que fomenta su deterioro.
Vino y licores. Las bebidas con graduación alcohólica, por lo general, no caducan. Su contenido en alcohol hace que sea difícil que se generen en ellos microorganismos.
Sal. Si está bien conservada y en un lugar fresco y seco, no caduca.
Café. El molido tostado y envasado al vacío suele tener una vida útil de nueve meses. Tras este tiempo no caduca, pero puede perder olor y quizá ponerse un poco rancio. Los cafés instantáneos -también marcados con una fecha de consumo preferente- suelen conservar sus propiedades entre 18 y 36 meses.
Miel. Su alta concentración de azúcares hace que la actividad de agua sea muy baja, por tanto, no caduca; sin embargo, puede cristalizar lo que le hace perder ciertas propiedades y dificultar su consumo.

Fuente: EL PAÍS, domingo 19 de agosto de 2012.

Idoia Ferraz
ferrazidoya@gmail.com