Varices y Retención de líquidos

LAS VARICES

Con el paso de los años se van debilitando de una forma   progresiva las paredes de las venas lo cual  hace que se vuelvan incapaces para bombear la sangre y ésta tiene tendencia a quedarse acumulada, sobre todo en los miembros inferiores dando lugar a la aparición de edemas e inflamación. Los síntomas asociados a las varices son pesadez de piernas, hormigueo y calambres.

¿POR QUÉ APARECEN LAS VARICES?

Según vamos envejeciendo, el deterioro de nuestros tejidos se hace más rápido y entre ellos el tejido de las venas, lo que unido  a la falta de ejercicio, el sobrepeso, y un trabajo sedentario que obligue a estar mucho tiempo de pie o en una misma postura, puede hacer que aumenten  de manera importante los problemas circulatorios y por tanto haya una mayor propensión a que aparezcan las varices. Otro de los factores que pueden influir en su aparición es el embazo.

¿COMO EVITAR SU APARICIÓN?

Una alimentación baja en grasas y caminar un rato todos los días va a favorecer el retorno ascendente hacia el corazón.

ALIMENTOS PROHIBIDOS

El contenido de las grasas que ingerimos a través de los alimentos, se va depositando en las paredes de los vasos sanguíneos y provoca cambios en su fisiología influyendo de manera negativa en un tránsito fluido de la sangre.

Las grasas peores para nuestra circulación son las de tipo saturado, que se encuentran en alimentos de origen animal como la leche entera, la nata, la mantequilla, los embutidos, platos precocinados etc. y también las grasas vegetales empleadas en la elaboración de bollería industrial.

El consumo excesivo de alimentos ricos en grasa saturada aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol en plasma y aumenta la viscosidad de la sangre lo que incide en una mala circulación.

Es necesario recordar que existen dos tipos de colesterol en sangre, uno el colesterol LDL (también llamado malo); éste se deposita en las paredes de las arterias produciendo el endurecimiento y falta de elasticidad de las mismas, y el otro es el colesterol HDL (también llamado bueno); éste es el encargado de recoger el colesterol malo y llevarlo al hígado para su posterior eliminación favoreciendo así la circulación sanguínea.

Las personas con unos niveles bajos de HDL, tendrán más probabilidad de sufrir las consecuencias de una mala circulación y también de padecer enfermedad cardíaca.

El consumo de sal es otro factor importante ya que retiene agua y puede relacionarse con problemas circulatorios y de retención de líquidos.

Hay que evitar el consumo de alimentos en conserva, ahumados y precocinados ya que suelen contener mucha sal.

ALIMENTOS ACONSEJADOS

Las grasas poliinsaturadas tienen la capacidad de disminuir la viscosidad de la sangre y a la vez  favorecer el riego sanguíneo. Las encontramos en alimentos como son los aceites de semillas (girasol, maíz…), los frutos secos y el pescado azul (bonito, sardinas, salmón…).

Por otro lado, este tipo de grasas aumentan el colesterol «bueno» HDL, y hace que no se acumule el colesterol «malo» LDL en las paredes de las arterias,  evitando así la formación de placas  que darían lugar a la enfermedad denominada arterioesclerosis.

Alimentos ricos en potasio como son las verduras y hortalizas, las frutas frescas, los cereales integrales, la levadura de cerveza y las legumbres, tienen la propiedad de eliminar agua al contrario que el sodio.

Por otro lado los vegetales ricos en fibra, tienen la facultad de captar sustancias a nivel intestinal impidiendo su absorción, entre ellas el colesterol y las grasas.

INGESTA DE LÍQUIDOS

Cuando se tiene mala circulación es aconsejable aumentar el consumo de líquidos ya que favorece  la eliminación de toxinas y diluye la sangre. El agua es la bebida más recomendable, aunque también se puede optar por zumos, caldos e infusiones.

 

RETENCIÓN DE LÍQUIDOS

 

La retención de líquidos es un trastorno metabólico, que aparece cuando debido a un acúmulo de toxinas, el organismo tiene dificultad para eliminar el exceso de líquido.

Los factores que favorecen su aparición son el síndrome premenstrual, el calor, el sedentarismo y una alimentación rica en sodio.

El sistema linfático está constituido por los vasos linfático que transportan  un líquido llamado linfa, que proviene de los vasos sanguíneos y regresa a ellos. Una deficiencia del drenaje linfático, hace incapaz de conducir el agua (que forma parte de la linfa) hacia la circulación sanguínea dando lugar a edemas, retención de líquidos y celulitis.

Las hormonas femeninas también pueden ocasionar retención de líquidos días previos a la menstruación, llegando a acumular algunos mueres hasta 3 litros de líquido ocasionando un exceso de  peso temporal de unos 3 kilos.

Los problemas circulatorios, como ya hemos visto,  también pueden ocasionar retención de líquidos.

CÓMO PODEMOS PREVENIRLA

Una alimentación  rica en frutas y verduras, debido a su alto contenido en agua, favorece la eliminación de toxinas a través de la orina.

También es fundamental beber de 1,5 a 2 litros de agua diarios para aumentar la diuresis.

Evitar los alimentos ricos en sodio ya que retienen agua así, como el uso excesivo de sal en la dieta diaria.


Isabel Antón
iantoncorvo@gmail.com